Los otros

AutorJosé Arrieta

Desde el principio de los tiempos, el hombre echó mano de distintos animales que podrían suplir necesidades alimenticias y de vestido; así, los ganados lanares, de ovejas y cabras, ganaron terreno en las primeras aldeas.

La variedad de especies de estos animales, su alimentación y las técnicas para hacer quesos derivan en productos más rotundos.

La leche de oveja da origen a diferentes variedades queseras, una de ellas es el idiazabal, denominación de origen (D.O.) en el País Vasco. Este queso curado se obtiene exclusivamente con leche de las especies latxa o carranzana que le dan un sabor potente y untuoso por su cantidad de grasa.

Más al sur de la Península Ibérica se crea el manchego, curado un mínimo de tres meses, de sabor intenso, aroma ácido y fuertemente láctico, y color que va del marfil al blanco; también tiene D.O.

De acuerdo con Eurial, productora de quesos de cabra en Francia, la tradición de elaborar quesos a partir de leche de ganado caprino se remonta a más de 7 mil años antes de Cristo, casi al igual que el uso de la de oveja.

"Tanto la expansión del Imperio Romano como la incursión de los árabes en Europa...

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