Desfigura violencia a México.- Glantz
| Autor | Erika P. Bucio |
"Quizá sea posible enmendar la realidad", lanzó la escritora Margo Glantz, refiriéndose a una realidad cruel, la del País, que desmenuzó al hablar a nombre de los 11 científicos, artistas y académicos que ayer fueron investidos como doctores Honoris Causa por la UNAM.
La ensayista y novelista invocó el poder de la escritura como una gran metáfora de la crueldad y la furia que la literatura requiere para develarse.
"Y hablando de crueldad, no puedo menos que referirme a las circunstancias que actualmente desfiguran nuestra vida en México", aseveró.
Glantz reparó en la violencia del narco como una modalidad perversa para hacer callar a la sociedad y privarla de la reflexión.
"La triste verdad es que han surgido miles de nuevos lenguajes verbales y no verbales para amordazarnos, desde los escritos en mantas por narcotraficantes, colocados en sitios públicos muy visibles, o lo más aterrador, en cadáveres con signos de tortura, descabezados, asfixiados o estrangulados.
"Comprobamos así que el lenguaje a veces se pulveriza, como los cuerpos sumergidos en ácido para hacerlos desparecer y no dejar ningún indicio de los crímenes", lanzó la autora de Saña y Síndrome de naufragios.
Glantz denunció también la "saña" con que se despoja a la educación de su principal soporte, el laicismo, y se protege a las universidades "patito".
Alertó sobre la bomba de tiempo que representa el fenómeno "nini", los jóvenes que no trabajan ni estudian, cuyo costo no ha dimensionado el Estado mexicano, al citar un estudio del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias de la UNAM.
En la sesión extraordinaria del 17 de junio pasado, el Consejo Universitario acordó otorgar la distinción a Margo Glantz, escritora; Pablo González Casanova, sociólogo y ex rector de la UNAM; María Teresa Gutiérrez Vázquez de MacGregor, geógrafa; Ricardo Legorreta, arquitecto; Manuel Peimbert, astrónomo.
Además de Pablo Rudomín, neurocientífico; Carlos Saura, cineasta; Joan Manuel Serrat, cantautor; Fernando Solana, político y diplomático; Elisa Vargaslugo, historiadora del arte, y Mayana Zatz, científica.
El Rector José Narro, el único facultado por la legislación universitaria para proponer al Consejo Universitario el otorgamiento del grado de Doctor Honoris Causa, les impuso las insignias y les entregó los diplomas que acreditan su nombramiento.
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