Las 30 monedas de Judas

AutorAhmed Valtier

El relato de la entrega de Jesús a las autoridades y sacerdotes judíos, por parte de su discípulo Judas, constituye sin duda la traición más conocida de la historia.

Mucho se ha discutido en torno a qué motivó realmente a Judas Iscariote a delatar a su maestro. Sin embargo, a pesar de que diversas teorías e hipótesis han sido manejadas, la mayoría de los estudiosos de la Biblia concuerda en una razón principal: fue la ambición de dinero lo que llevó a la traición.

De los cuatro evangelistas que conforman el Nuevo Testamento -Mateo, Marcos, Lucas y Juan- y constituyen también la única fuente de información de este suceso, tres de ellos establecen una clara motivación pecunaria.

San Lucas y San Marcos aseguran que los principales sacerdotes, deseosos de atrapar y matar a Jesús, pero temerosos también de un enfrentamiento con él, ya que siempre estaba rodeado por sus seguidores y discípulos, convinieron con Judas en hallar la forma de que pudiera ser aprehendido a espaldas del pueblo "a cambio de dinero".

San Mateo, quien es el que escribió algunos detalles más sobre esta traición, comenta que Judas se presentó voluntariamente ante los sacerdotes del Templo y, después de ofrecer la entrega de su maestro, les preguntó: "¿Cuánto me darán si se los entrego?".

"Y ellos le asignaron treinta piezas de plata", está escrito.

En la época de Jesucristo, como en la actual, el dinero era necesario para vivir. Existía ya una economía basada en la moneda, la cual se usaba como valor de cambio. Con las monedas se compraba, se vendía y también se pagaban los impuestos. ¿Qué tipo de moneda pudieron ser las 30 piezas de plata?

Dominados por el Imperio Romano, la moneda en uso común en la Palestina del Siglo I era el denario. Esta era una moneda de plata acuñada por los romanos.

De acuerdo con la Biblia, el denario representaba la típica jornada diaria que se le pagaba a un trabajador. También constituía la única moneda que los romanos aceptaban en el cobro de sus impuestos o tributo.

El denario tenía grabada en un lado la imagen del Emperador. Cuando Jesús se topó en cierta ocasión con un recolector de impuestos, y alguien le preguntó si era lícito pagar tributo al César, él respondió después de observar la moneda, un Denario que tomó en sus manos: "Dad al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios".

Sin embargo es un hecho que durante esa época un gran número de monedas, de las más diversas clases y regiones, circulaba también en Palestina.

Existen...

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