2001 No hacen falta propósitos...

AutorDora Isabel Franco

Un plan de depuración no sólo sirve para tratar de empezar un nuevo sistema alimenticio, sino que también tiene otro tipo de efectos saludables que pueden cambiar su vida.

"Este tipo de dieta sirve para limpiar el organismo de toxinas que se van acumulando en nuestro cuerpo y que se ven reflejadas en la piel o el cabello", indica la nutrióloga Laura Rodríguez.

"Incluso, combate también problemas como dolores de cabeza, fatiga, depresión, irritación y mal aliento", añade.

Hacer esta dieta no significa que se dé una disminución inmediata de peso; sin embargo, sí es un primer paso para lograrla, si después de realizarla por algunos días se continúa con una alimentación balanceada y baja en grasas.

Ante todo es importante recordar que la nutrición es un proceso a lo largo de la vida; todo lo que usted coma tendrá repercusión y no se puede limpiar el organismo totalmente en sólo unos cuantos días, pues no es correcto pensar que es posible sobrepasarse y después depurar los excesos.

Comenzando el nuevo plan alimenticio

El régimen consta de frutas, verduras, cereales y granos, principalmente, aunque conforme vaya pasando el tiempo y se trate de llevar una alimentación balanceada, podrán agregarse más tipos de alimentos.

"Lo más recomendable al realizar este tipo de dietas es evitar todo lo que es enlatados, embutidos, conservadores o frituras; la comida debe ser lo más natural posible", explica la nutrióloga Patricia Rodríguez Calderón.

Papaya, naranja, manzana, zanahoria, espinacas, tomate, apio y nopal son algunas de las frutas y verduras esenciales de la dieta para los primeros días; recuerde que el primer día debe escoger alguna fruta o verdura y comer sólo eso en distintas presentaciones (monodieta).

El segundo día ya podrá combinarlas y formar ensaladas o licuados mixtos con los ingredientes que usted prefiera, agregando un poco de granola o salvado de trigo a sus porciones.

Para el tercer día podrá incluir algún grano, legumbre o leguminosa como frijoles, habas, lentejas, arroz o garbanzos, entre otros, y claro, seguir incluyendo las frutas y verduras.

El cuarto día ya es como una transición para iniciar una dieta balanceada, así que es recomendable empezar con caldos de pollo o pescado, con verduras y legumbres incluidas, así como pollo o pescado al vapor o a la plancha como plato fuerte, sin dejar de incluir las frutas y verduras.

A partir del quinto día podrán incluirse, poco a poco, otros alimentos, evitando siempre las grasas, harinas...

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