Ximena Peredo / Llegó la hora

AutorXimena Peredo

La Ciudad de México prepara una verbena inolvidable. Las calles por las que pasará el próximo Presidente se barren, los zapatos se lustran, los uniformes se cepillan.

Se repasan los guiones, los planes "b" -por si la oposición sorprende. Pero en fin, después de buscarlo por 12 años, parece que todo está dispuesto para que mañana López Obrador tome protesta como Presidente de un auténtico castillo de naipes.

Que nadie azote la puerta porque todo podría venirse abajo. Que nadie se mueva. Cuidado, porque al cuarto para las doce, en este País sin autoridad, todo puede dar un giro inesperado.

La última crisis generada por Paco Ignacio Taibo II da muestra de esta fragilidad, pero si abrimos el ángulo veremos algo más: en un régimen de desconfianza, y sin autoridad, el show parece depender de la porra. Los followers se vuelven indispensables.

Esta situación está permitiendo que, so pretexto del ya merito, del ya viene la "Cuarta Transformación", se aprueben conductas que se reprobaron duramente cuando se trataba de señalar al contrario.

¿Qué hubiera pasado si se hubiera filtrado una llamada -no me lo imagino sucediendo frente a un auditorio de la Feria del Libro- de, digamos, un Osorio Chong o un Ruiz Esparza, jactándose: "¡se las metimos doblada!"?

Fue clara la defensa que de Taibo hicieran muchas personas. "Así hablamos todos", "él siempre ha sido lépero, no se asusten", "lo que se necesita es alguien así de auténtico".

¿Por qué será tan difícil aceptar que uno de los más apasionados defensores de AMLO reprodujo una expresión que naturaliza la violencia sexual? ¿Qué pasa con aceptar algo tan obvio?

¿Si viene del Gobierno de AMLO está bien la deforestación ilegal de 300 hectáreas de selva, imponer el "progreso" a poblaciones mayas, militarizar al País?

La fragilidad del Gobierno entrante es precisamente ésa: puede volverse muy mediocre porque depende de su porra, pero el problema es mucho más tóxico cuando la porra depende de él.

Admitir un error del Gobierno entrante a muchos les parece humillante; cambiar de opinión, poner una distancia crítica podría parecer un salto al vacío. Sin embargo, no vamos a poder defender la idea de Gobierno que anhelamos y, además...

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