Vivir, tras sismo, en contenedores

CIUDAD DE MÉXICO, abril 15 (EL UNIVERSAL).- Cuajimalpa

Cuando el bebé de Mayra Juárez nazca en mayo ya tendrá casa. Ella y su madre, como damnificadas del 19-S, creyeron que el nuevo integrante de la familia empezaría su vida bajo un techo prestado. No será así, puesto que para esa fecha estrenarán una peculiar vivienda hecha con contenedores marítimos gracias al apoyo que recibieron del grupo interdisciplinario Reconstruyendo San Pablo Chimalpa. Está integrado por 13 personas quienes en los días posteriores al sismo se movilizaron para recaudar donativos económicos y en especie, con los que les fue posible armar la primera casa para damnificados hecha con materiales alternos a la construcción tradicional.

La casa de Maribel Alba, madre de Mayra, fue pérdida total. Tenía más de 50 años y era de un sólo piso; tres familias vivían aquí y cada una de ellas debió buscar un espacio alterno para dormir cuando el inmueble fue derrumbado por Protección Civil al considerarlo inhabitable. Mayra recuerda cuando la arquitecta María Alicia Gómez y Stephanie Wagner, integrantes del grupo, tocaron a su puerta para, en medio de su desgracia, ofrecerles un techo. "Nos explicaron que era un nuevo proyecto surgido de una idea europea, haciendo pequeños departamentos con contenedores marítimos", relata.

Emocionada, la arquitecta Gómez habla de cómo este terreno resultó perfecto para el proyecto. "Es similar a un rectángulo: ahí cabían perfectamente los contenedores. Debo precisar que al inicio la gente del pueblo no estaba muy feliz con la idea; para ellos fue un paradigma, un choque cultural entre la construcción tradicional y este tipo de vivienda moderna. Me senté con Maribel y su familia para explicarles los planos y los temas estructurales hasta que la posibilidad fue tomando forma", declaró la experta.

Al escuchar el proyecto, Maribel habló con franqueza de su necesidad a futuro para construir otro piso y evitar el hacinamiento familiar. Sorprendida escuchó la respuesta de la arquitecta. "Nos describió que con los contenedores sería más fácil. En el de la parte de abajo quedaría yo, en la de arriba Mayra y en otro mi cuñada. Nos pareció muy padre la idea, nos lo imaginamos y ahí empezó todo. Cuando nos mostró el plano estábamos muy emocionadas porque ya estaba todo más estructurado", declaró la mujer.

En papel, la arquitecta y el ingeniero Julio Candia transformaron el predio de Reforma número 78 en tres departamentos, todos conformados con un total de...

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