Vivir con Valor/ Qué Peculiares María y José

AutorMarcos Ortiz Cué

Estoy seguro que ni María ni José podían prever los resultados de esa noche en la que fueron padres. Si atendemos al evangelio, (sigo a San Lucas), lo primero que sabemos de María es que se turbó con la presencia del ángel. Me parece una reacción de lo más natural y humana, incluso valiente ¿Qué hubieras hecho tú ante tal acontecimiento?

Sé de personas que tomarían pastillas para combatir la angustia, (es algo muy moderno), otras pensarían que se trata de efectos del estrés (también es algo muy actual), se dudaría de la veracidad del hecho, y los más ecuánimes sólo se turbarían.

Lo siguiente que hace María es preguntar: ¿Cómo podrá ser esto, pues yo no conozco varón? En una época en que todos sabemos tanto, que contamos con tantos recursos, en la que se tiene tantos asesores a manoà en fin, se tienen tantas certezas que ya nadie pregunta nada. Porque preguntar puede denotar falta de autoestima, de seguridad, sitúa al ignorante en posición de debilidad.

Hoy, todos, o casi todos, sabemos todo de todo y con seguridad. Muy pocos se atreven a preguntar, a reconocer que no saben algo, a dejarse sorprender y admirarse por una vida que es más grande de lo que habitualmente pensamos. María sabía que no saber no hace menos a nadie, que la honestidad y la humildad de reconocerse como se es permite el crecimiento.

En tercer lugar, María escuchó al ángel. Quizá no entendió del todo el mensaje en ese momento. Sin duda era una de esas cosas que el evangelio nos refiere que guardaba y meditaba en su corazón. Sin embargo, después de oír al ángel María tomó una postura firme: "He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tú palabra".

No más, con eso bastó. María...

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