Visión Económica/ Horario de Verano
| Autor | Salvador Kalifa |
Quienes se oponen a dicho horario esgrimen diversos argumentos. Unos aprovechan la oportunidad para capitalizarla políticamente. Proponen una consulta nacional (¿porqué hasta ahora?) sobre el tema, o quieren posponer su aplicación hasta que sea discutida por las legislaturas de cada estado.
Otros cuestionan los ahorros en energía porque "no llegan" a los bolsillos de los consumidores. Para unos más, la preocupación se centra en lo oscuro de las mañanas durante la primavera y el peligro que ello entraña para los escolares.
¿Por qué una práctica tan generalizada en el mundo encuentra aparentemente tanta oposición en México? Hay varias razones para ello. Todas pueden evaluarse desde el punto de vista económico. Este es, a fin de cuentas, un asunto de costos y beneficios.
En un análisis serio de este tema, conviene dejar fuera las posturas de oportunismo político en un año electoral. Concentrémonos, pues, en el ahorro de energía y los medios alternativos para ello.
El horario de verano consiste en adelantar una hora los relojes para aprovechar la luz solar en las tardes de verano y ahorrar energía. Durante la primera guerra mundial se adoptó en varios
países para ahorrar combustible. Estos ahorros fueron nuevamente reconocidos durante la segunda guerra mundial, cuando los relojes se adelantaron durante el verano una hora en varios países y dos horas en Inglaterra.
A partir de entonces se ha convertido en una práctica común. Así, el Congreso de Estados Unidos estableció en 1966 un horario de verano uniforme (dentro de cada huso horario) para todo el país, con algunas excepciones. La mayoría de los países de Europa Occidental, Canadá, Rusia y muchas naciones del Hemisferio Sur también aplican un horario de verano.
En cambio, la mayoría de los países cercanos al ecuador permanecen en el horario normal, ya que para ellos las horas de luz solar no varían mucho a lo largo del año.
En síntesis, como el horario de verano se ha aplicado por tanto tiempo y en tantos países para ahorrar energía, es ridículo cuestionar sus ventajas en ese sentido. No obstante, es posible hacer varios señalamientos al respecto.
Primero, el ahorro energético de que se habla considera los patrones de consumo de familias y empresas durante las 24 horas del día. Una hora más de luz solar por la tarde, representa un ahorro global mayor al gasto de una hora más de luz eléctrica por la mañana. Esto, sin embargo, no se registra como una partida aparte en los recibos individuales.
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