Violencia a niños se oculta en las casas

Diana Higareda

CIUDAD DE MÉXICO, septiembre 15 (EL UNIVERSAL).- Quemaduras, fracturas, trastornos emocionales e incluso enfermedades de transmisión sexual son algunas de las consecuencias que 21 mil 679 menores de cero a 15 años vivieron entre 2010 y 2015 a causa de la violencia familiar que existía en sus hogares, de acuerdo con estadísticas de la Secretaría de Salud. Cada año, en promedio, tres mil 600 niños terminaron en la sala de urgencias de un hospital, luego de que un pariente cercano los lesionara.

La cifra aumenta cada año, de 2013 a 2015 pasó de tres mil 652 a 6 mil 102 casos. Las instituciones tienen detectado el problema, pero el mayor obstáculo al que se han enfrentado es que "en México no existe una prohibición explícita por castigo corporal. Utilizar la violencia como método educativo y como un elemento de disciplina es una práctica que sigue vigente en el país y mantiene el maltrato infantil", asegura Juan Martín Pérez García, director de la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim).

De los más de 20 mil reportes que se tienen de 2010 a 2015, en tres cuartas partes la víctima es del sexo femenino. Entre los cero y los 11 años los casos de maltrato presentan, en promedio, las mismas cifras; sin embargo, a partir de los 12 años es cuando se puede visibilizar el desbalance. En esa edad se registraron el doble de agresiones contra niñas que llegaron a un hospital por lesiones provocadas por un familiar. La cifra se separa entre más crecen las mujeres. A los 15 años, por cada niño maltratado hay siete niñas que padecen el problema.

Las oficinas de las fiscalías especializadas del país son uno de los lugares que alberga la realidad del fenómeno. Mariana conoció uno de estos sitios. Con apenas 10 años, esta pequeña se levantaba todas las mañanas muy temprano para hacerse cargo del aseo de su "hogar". Un día el tiempo no le alcanzó y pensó que podría terminar cuando volviera de la escuela. Su padre, quien cuidaba de ella y de sus hermanos, enfureció al ver que no terminó. El rostro de Mariana recibió un golpe. Su padre, su cuidador, le rompió la nariz.

"La violencia de género en niñas y adolescentes es más visible conforme crecen. Aunque son violentadas en muchas formas, no se procede contra su agresor por violencia de género hasta que cumplen la mayoría de edad. Tampoco hay procedimiento por maltrato infantil", explica Juan Martín Pérez.

En su primera clase, a las ocho de la mañana, Mariana se quejó de un dolor intenso...

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