Vinos / Las geografías cruzadas

AutorRodolfo Gerschman

En esta columna les presento el vino que a mi me acaban de presentar, así es que al menos para mí sí es noticia (espero que también para ustedes). Pero no sólo por que acaba de llegar a México, sino también porque es parte de la expansión de la bodega chilena Viña Montes hacia otro país. Obviamente no es el único caso de transnacionalización del vino, pero aún así el fenómeno no deja de sorprenderme. Y, sobre todo, me sorprende el dinamismo y la rapidez con que se da en un mundo tan abocado a la paciencia como el del vino.

En este caso Viña Montes, bodega que se hizo famosa más que nada por sus Montes Alpha, ha creado un vino en Napa. Por lo que me dice Sonia Montanares, su gerente de exportaciones, este Napa Ángel ha nacido antes que haya bodega y viñedo (es decir con la compra de uva y rentando instalaciones para vinificar), pero no me cabe la menor duda que hacia allí avanza.

Después de todo esa empresa ya lo ha hecho en Argentina: allí también comenzó poniendo sólo un pie y actualmente ya tiene una bodega con todas las de la ley.

En el caso de Chile el fenómeno es de ida y vuelta: empresas americanas se han instalado en ese país y empresas chilenas han invertido en Estados Unidos. En el caso de Argentina, hasta donde sé, el movimiento es sólo en un sentido. Algo que me sorprendió en este último viaje fue conocer la aventura de Donald Hess, un empresario de origen suizo que comenzó por montar una bodega en California, The Hess Collection, y hace pocos años hizo lo propio en Salta, donde creó Colomé.

Cuando uno conoce Salta, lo agreste del paisaje, lo accidentado de sus carreteras y, en fin, lo apartado que está del mundanal ruido, es lícito preguntarse cómo es que un próspero suizo con una próspera empresa en Napa, dio el salto hacia esos parajes y creó una bodega a 3 mil metros de altura.

Y claro, también está el caso de los bodegueros mexicanos, liderados por Hugo d'Acosta, que pusieron bodega en el Roussillon, al sur de Francia, tal vez uno de los rincones más rústicos de ese país.

Mi hipótesis es que, más allá de temas no poco importantes como el de hacer empresa y crear rentabilidad, esta trashumancia vínica es algo muy relacionado a la esencia misma de la bebida. Tal vez la íntima relación del vino con la cultura de Occidente y parte de Oriente, y la capacidad de las diferentes cepas para emigrar y adaptarse a diferentes climas y suelos, contagian a aquellos que lo elaboran.

Aquel que "está" en el vino y le va bien, termina...

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