Viajera de corazón

AutorMaría Luisa Medellín

Los atardeceres en casa de los abuelos eran de historias. Reunidas en la sala, las pequeñas de la familia se sentaban en los sillones y sobre pieles de animales que servían de tapetes, porque en Galeana se practicaba la cacería.

A veces escuchaban cuentos de la colección El Tesoro de la Juventud, de Las Mil y Una Noches o de los Hermanos Grimm, que luego iban a nutrir sus pequeñas bibliotecas.

Una de esas chiquillas era Alma Delia, quien contrario a su carácter inquieto, permanecía ensimismada junto a las demás, mientras su mente volaba a los palacios de Samarcanda, de Las Mil y Una Noches; a las selvas de Borneo y Malasia, con el príncipe Sandokán; o por África y Oriente con Marco Polo.

"Así pasábamos las tardes en el pueblo, hasta que mi famiila se mudó a Monterrey cuando yo tenía nueve años. Aquí estudié en el Colegio Excélsior, y la historia, la geografía y la literatura me fascinaban", platica Alma Delia Martínez, hoy de 68 años, 43 dedicados a ser asesora, conductora y agente de viajes.

"Las maestras nos adentraban en la historia de cada país y sus costumbres; y yo me emocionaba. Recuerdo a Sara Guerra, Ana María Flores y Etelvina Torres, que nos daban clases en secundaria".

Además, las religiosas del plantel, donde también estudiaba comercio, tenían casas y misiones alrededor del mundo y mantenían contacto con gente de otras nacionalidades que venían a visitarlas y les hablaban de aquellos lugares".

A través de la religión, Alma Delia, de ojillos chispeantes, cabello corto castaño y charla inagotable, se transportaba a Tierra Santa y a los lugares de peregrinación más concurridos en el orbe: Lourdes, en Francia; Fátima, en Portugal; Santiago de Compostela, en España; y Asís, en Italia.

"Quién lo iba a decir, Tierra Santa la he recorrido bajo todos los ángulos: judío, musulmán, católico, adventista, porque he acompañado a pastores, religiosas, ministros, rabinos, sacerdotes, obispos y cardenales. Fui representante mayorista de viajes a Israel", comparte en la confortable sala de su casa, donde recuerdos de las más diversas naciones adornan paredes, librero, las mesas laterales, de centro y el resto de las habitaciones.

"Es uno de los lugares que más me llena por la efervescencia y mezcla de razas. Cuando vas llegando, puedes admirar sus murallas y templos desde cualquier punto: la majestuosa mezquita con su cúpula dorada y los muros que, se dice, fueron del templo del Rey Salomón. Sientes que estás en un sitio fuera de este mundo; es...

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