El Valedor / 'Nos cortaron las alas...'

El Dr. Jekyll y Mr. Hyde, mis valedores. ¿Leyeron la novela de Stevenson? ¿Verían la película? Sí, de aquel honorable doctor londinense que durante el día atiende su consultorio y en llegando la noche entra a su laboratorio, prepara una pócima y entonces: ¡horror!, al beberla se transforma (física y psicológicamente) en el abominable Mr. Hyde, delincuente siniestro que escapa a las calles de Londres y, al amparo de la noche, ¡a robar, asaltar, violar, asesinar! Todo, por el efecto de la pócima. Diabólico.

Y como el efecto dura unas horas, otro día, como si nada, el circunspecto Dr. Jekyll atiende su consultorio...

Mis valedores: la alegoría de la doble personalidad del médico londinense se cumple a cabalidad en el mexicano fanático durante los torneos internacionales de futbol. Serio, estoico, formal, el mexicano soporta cada día el áspero oficio del diario vivir una vida dificultosa: crisis recurrentes, carestía, un salario hecho garras, demagogia oficial, en fin. Ah, pero llega cada cuatro años el mundial futbolero, y entonces el Dr. Jekyll mexicano se bebe la pócima que le embombillan (algo tiene de lavativa) radio, prensa, televisión.

Y órale..

Miren allá a Mr. Hyde. Ya se echó a la calle y tomó por asalto el Angel. De formal, me lo han metamorfoseado en escandaloso, y de circunspecto, en carnavalesco, estrambótico, caricatura de sí mismo, tricolor. Mírenlo: lleva su cara pintarrajeada, y un atuendo esperpéntico, y restos de pócima en esa botella: brandy, ron. "¡Mé-xi-co! ¡Sí se puede..!"

¡Todos alerta, mis valedores, que se soltó Mr. Hyde! ¡Cuidado con sus desma...nes! Gritos, desafueros, alaridos, tropelías. Mucho cuidado, que al grito de: "¡Sí se puede!", el héroe por delegación se ha...

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