UNAM: Hora crítica

AutorAndro Aguilar

En la recta final de la elección de un nuevo rector, la Universidad Nacional Autónoma de México vive un intenso debate sobre su autonomía y democratización interna.

Académicos, estudiantes y trabajadores han lanzado la advertencia de que el nuevo rector puede ser impuesto por el gobierno federal, y exigen transparencia en el proceso de designación.

Antes de que fuera emitida la convocatoria, el pasado 24 de septiembre, diversos grupos llamaron a cuidar la autonomía universitaria, tanto a los 16 aspirantes que mostraron interés por ocupar la Rectoría, como a los 15 miembros de la Junta de Gobierno que, el pasado jueves, redujo la lista a 10 candidatos y que en las próximas semanas elegirá al sucesor de José Narro Robles.

El 27 de agosto, 32 académicos entregaron a la Junta de Gobierno universitaria un documento para pedir que se publicaran los proyectos de trabajo de los aspirantes, así como sus comparecencias ante la Junta y las deliberaciones de los 15 notables.

Un mes después, alrededor de 100 profesores e investigadores aglutinados en el grupo "Democracia UNAM" publicaron el desplegado Por la Defensa de la Universidad Pública; convocaron a la comunidad universitaria a participar activamente para defender la autonomía y exhortaron a los aspirantes a presentar y debatir públicamente sus planes de trabajo, así como a dialogar directamente con los estudiantes en las escuelas y facultades sobre su visión de la institución.

A los 15 universitarios notables de la Junta de Gobierno les demandaron hacer públicos los argumentos en los que basarán la decisión sobre el nuevo rector, quien deberá ser electo antes del 16 de noviembre, día en el que concluye la gestión de Narro.

En las últimas semanas, estudiantes de al menos cinco facultades -Ciencias, Derecho; Filosofía y Letras; Ciencias Políticas y Sociales, y la Facultad de Estudios Superiores Acatlán- han realizado consultas entre la comunidad universitaria sobre el proceso de designación y han recopilado propuestas de democratización interna.

Al activismo en torno a la elección del rector se sumó también el Sindicato de Trabajadores de la UNAM, que el pasado martes publicó un desplegado en el que exige evitar la injerencia del gobierno federal en el proceso.

Y es que al menos dos de los candidatos -Sergio Alcocer, ex subsecretario de Relaciones Exteriores, y Francisco Bolívar Zapata, ex coordinador de Ciencia Tecnología e Innovación en la Oficina de la Presidencia- son señalados como cercanos a la administración de Enrique Peña Nieto.

Ante la demanda de transparencia, sin emitir una respuesta explícita, la Junta de Gobierno ha tomado algunas decisiones inéditas, como hacer públicos los planes de trabajo de los aspirantes y abrir Radio y TV UNAM para que los candidatos los expongan.

También informó que 34 mil universitarios respondieron a la convocatoria para hacerles llegar sus opiniones y propuestas.

Los críticos del proceso, sin embargo, insisten en que esas medidas son insuficientes para alejar a la UNAM de prácticas medievales de sucesión.

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Especialistas en educación superior coinciden en que los métodos de elección de los órganos de gobierno de la UNAM son contrarios al espíritu de transparencia y rendición de cuentas que la institución ha impulsado en el país.

Manuel Gil Antón, investigador de El Colegio de México, enfatiza que para evitar señalamientos sobre la injerencia externa en la Universidad, ésta debe abrirse a la observación de la comunidad universitaria y nacional.

"En un sistema más abierto, podemos ver discusiones sobre proyectos universitarios, no estar atentos a ver si el Presidente apoya a alguien", dice en entrevista.

Si la discusión se centra en los planes de trabajo, explica Gil...

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