Trabajo sexual y covid-19

AutorMarta Lamas

La organización Brigada Callejera, que lleva más de 27 años de trabajo solidario con las personas que ofrecen sus servicios en la calle, ha hecho estimaciones (con el apoyo del Centro Nacional para la Prevención y Control del VIH e ITS, Censida) respecto al número de trabajadoras sexuales que laboran en las calles de la Ciudad de México. Así han calculado un número aproximado de 7 mil 500 personas en la calle, de las cuales cerca de 60% son mujeres cis, 35% son mujeres trans y 5% son hombres que atienden a otros hombres y, en muy escasas ocasiones, a mujeres. Muchas de estas mujeres cis, las mujeres trans y la mayoría de los hombres se mueven en varios puntos de encuentro de la vía pública de la ciudad, lo que puede inflar el registro de quienes se dedican al trabajo sexual.

El prefijo cis quiere decir "de este lado", y se usa para nombrar a personas cuya determinación biológica (producida por sus cromosomas) corresponde con su identidad social de género; así se califica a las hembras humanas que se asumen como mujeres. El prefijo trans, que quiere decir "del otro lado", suele nombrar a personas cuya biología no corresponde a su identidad de género; tal es el caso de machos biológicos que se asumen con identidad social de mujeres y que adquieren el aspecto de mujeres.

Quienes ofrecen sus servicios sexuales en la calle son personas con un nivel socioeconómico muy bajo (D y E) y una gran mayoría de ellas vive en extrema pobreza. Pese a sus bajos ingresos, más de 90% tiene dependientes económicos, y cerca de 80% son cabeza de familia, pese a ser solteras, viudas, divorciadas o separadas. Casi todas tienen un escaso nivel educativo, con una primaria incompleta e incluso hay muchas analfabetas. Hay mujeres de otras entidades federativas que ni siquiera cuentan con acta de nacimiento. La precariedad de todo tipo es su rasgo más común.

Muchísimas han tenido empleos eventuales como obreras, jornaleras agrícolas, afanadoras, empleadas de limpieza o de mostrador, han lavado ropa ajena o vendido comida en la calle. Tres cuartas partes empezaron a trabajar en el comercio sexual entre los 15 y los 19 años, y un número muy alto fue enganchada por un padrote o ha sido víctima de trata de personas. Lo llamativo es que muchas de ellas, luego de liberarse de sus padrotes o de ser rescatadas del tratante, regresan de manera autónoma a continuar ganándose la vida en el...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR