TOLVANERA / Asústame, panteón

AutorRoberto Zamarripa

El error en la ceremonia 89 del Óscar parece una extraña definición de las incertidumbres de la época. Brian Cullinan, el personaje que debería cuidar el papel sagrado que contenía la nominación estelar de la Academia, pifia por entretenerse en la actividad que descarrila, el tuiteo. Por ganar la instantaneidad pierde la historia.

Dos mensajes separados. Cullinan, el contador de PriceWaterHouse, entrega el sobre equivocado mientras difunde por las redes el mensaje anticipado. En la simultaneidad resbala. ¿Qué querían rapidez o precisión?

(Y si la decisión del Óscar fuese divulgada por tuit. ¿Guardar en un sobre lacrado el secreto de un ganador es la forma más eficaz en un mundo donde empresas, gobiernos y hackers conocen hasta el último detalle de tus costumbres? Y si además, se van a equivocar).

El tuit y el sobre. Uno el que urge, otro el del suspenso. Un mensaje de la modernidad de redes y otro de la tradición y el arcaísmo. Las tradiciones mandan. La manera en que hoy combinamos lo supuestamente viejo con lo supuestamente nuevo, aturde y destantea.

"Somos una generación que compra las entradas del cine en Internet y luego las imprime", dijo un joven millennial español en una descripción de brochazo. ("La generación de la crisis". El País. 05/03/17).

Efectivamente, es la marca de una generación digital y exigente que al final se amolda a las tradiciones y las costumbres.

Pero también es la tensión del momento que baña a la política, a las decisiones económicas, a las relaciones sociales. Suponemos que ir a mayor velocidad con nuestra comunicación instantánea resuelve problemas aunque en realidad solamente pospone decisiones.

Todo tiempo pasado fue mejor es nuestro slogan y nos aferramos a ello para sucumbir a la costumbre. Más vale malo por conocido que bueno por conocer, refriteamos cada que acudimos a boca de urna para una decisión importante.

La incertidumbre pasma, asusta. El vértigo del tuiteo evade y evita pero a la vez es lo que rige y exige.

No por destacar en redes sociales, inundar con mensajes, saturar, liderar, influir, se logra un posicionamiento de futuro. Ahí está Trump quien encarna con sus rabietas de 140 caracteres el turno del mareo.

En...

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