Todo seguirá igual en el INAH, propósito de Diego Prieto

A 78 años de su fundación, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) se plantea nuevos retos, entre ellos fortalecer las políticas culturales del Estado, en un momento en el cual su director, Diego Prieto, define a la cultura como el espacio donde la nación y las comunidades adquieren identidad, cohesión, sentido, fortaleza simbólica, y en ámbitos de toda índole: lingüístico, ético, religioso, sexual.

Apenas en septiembre pasado, ante la inminente publicación del reglamento de la Secretaría de Cultura (SC), el antropólogo y jurista Bolfy Cottom advirtió sobre la pretensión de debilitar al instituto, mediante ese ordenamiento, en lugar de fortalecerlo (Proceso 2082): "Darle mayor presupuesto para hacer mucho más fuertes sus atribuciones, dotarlo del personal necesario", así como no otorgarle a la Dirección de Sitios y Monumentos del Patrimonio Cultural de la SC las facultades y atribuciones que ya detentan por ley el INAH y el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA).

Por lo cual, pidió incluso defender el futuro de la institución:

"Y cuando digo futuro del instituto es determinar qué papel juega la historia, la memoria histórica, en la dinámica cultural en este modelo de país, en este proyecto de nación del actual gobierno."

Prieto, en cambio, no ve la necesidad de que el instituto redefina su papel ante la existencia de esta nueva secretaría, pues los dos institutos, INAH e INBA, se seguirán rigiendo por sus leyes orgánicas y "los ordenamientos que nos corresponde aplicar, en este caso la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos".

Ratificado por la secretaria de Cultura, María Cristina García Cepeda, como titular del INAH, luego de haber sido su director encargado desde agosto de 2016, antropólogo social por la Escuela Nacional de Antropología e Historia, maestro en Ciencias Políticas por la UNAM, exsecretario técnico del instituto y exdirector del Centro-INAH Querétaro, Prieto vislumbra -en todo caso- la posibilidad de plantear una nueva relación con la secretaría.

Colaborar en la construcción de su proyecto a nivel nacional, porque el instituto puede aportar su presencia en todo el país, a través de su red de 121 museos, centros regionales, 189 sitios arqueológicos abiertos al público, tareas intelectuales, culturales y sociales relacionadas con la protección legal, el cuidado y la conservación del patrimonio arqueológico, histórico, paleontológico y antropológico. Es una institución que "contribuyó a formar la idea de patria a lo largo del siglo XX", dice en entrevista con Proceso:

Esta red ya no puede pensarse sólo como una red para articular las tareas del INAH; genera la posibilidad de que la SC, además de sus relaciones con todas las instancias culturales de los estados, encuentre en estos espacios una forma de plantear una política cultural de accesibilidad y acercamiento de la oferta cultural a los distintos públicos, regiones y sectores del país.

Añade como otro elemento las atribuciones jurídicas que la ley sobre monumentos otorga a los institutos INAH e INBA, porque en su opinión son una herramienta jurídica que los conectará con la secretaría y con la Ley de Cultura que la Cámara de Diputados...

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