Todavía pinta feo

AutorAmallely Morales

La Calle Alhóndiga aún no ha recuperado su cara bonita. El llamado Callejón de la Belleza es hoy día sólo una pequeña parte de lo que era: bullicio, salones de belleza en la vía pública y cientos de personas aplicándose cera de depilar, cosméticos, esmaltes y productos milagro hasta para aclarar la piel.

Entre sus calles y esquinas, los vendedores añoran lo que fue y aseguran que su bolsillo no aguantaría un confinamiento por una tercera ola.

"Sería el callejón de la fealdad, porque con la segunda ola nos fue muy mal, todas nuestras esperanzas están en que ya no haya más olas, ya nada, porque entonces ahí sí varios no la librarían", explica José Antonio Arias, en la esquina con Corregidora.

José forma parte de la Unión de Voceadores y fue uno de los pocos a los que se les permitió vender diario durante el inicio de la pandemia, hace ya un año.

"Pero no tenía caso, porque la gente no compraba, así que igual cerré", asegura.

En su puesto no vende periódicos de noticias, su giro también es la belleza, pues ofrece revistas de moda y peinados.

"Mis clientas de las estéticas dejaron de venir y las que vienen ya no compran como antes. Estuvo tristísimo cuando se me empezaron a quedar mis revistas de peinados, porque ya no hay graduaciones y esa era una época fuerte, tampoco bodas", lamenta.

De febrero a la fecha, reconoce, sube la clientela, pero es de los pocos casos así.

Donde antes había decenas de personas haciendo demostraciones de distintos productos, mujeres aplicándose tratamientos...

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