Tino Contreras, jazzista hasta la médula

AutorOlivia Revueltas

Olivia Revueltas

Pianista, pionera entre las jazzistas en México

Conocí al maestro Tino Contreras en el café de músicos de la XEW, en el centro. Todo un personaje, siempre marcando compases imaginarios con absoluta precisión.

Más adelante trabajé con él en mi primer trabajo asalariado en "Las Noches del Wai-kikí", un bar de mala muerte ahí en la calle de López. El maestro Contreras mucho me sorprendió cuando al empezar el show, presentando a todos sus músicos: el Fakir en la trompeta, La Enchilada en la segunda trompeta, el Muerto en el segundo saxofón, Ramón Negrete en el primer saxofón, Enrique Valadez al contrabajo, yo en el piano y el maestro Tino a la batería, decía cosas a las cuales yo no ponía atención pues estaba yo ultra-reconcentrada en las piezas que íbamos a tocar, y llega mi turno de ser presentada y dice: "Y Olivia al piano, quien recientemente ha regresado de su exitoso tour por Senegal y las Bahamas, ¿verdad, Olivia?", "¡¿Eh?! Perdón... ¡Ah! ¡Sí! ¡Por las Bahamas y Timbuktú! Sí, sí mucho éxito, me fue muy bien".

Tino Contreras era todo un showman. En otra ocasión, tocábamos en un hotel sobre Paseo de la Reforma Centro, el show consistía en que yo permaneciera paradita muy cerca del piano el cual Tino tocaba y, en un momento dado, él saltaba del piano e iba rápidamente por su trompeta y la ejecutaba mientras yo sostenía con el piano. En una ocasión, salta Tino pero se recarga en un banco alto de cantina que tenía un clavo salido y se lo entierra en la mano y empieza a sangrar, solo me dijo: "Olivia, ahí te dejo este piano ensangrentado a ver qué haces con él" y de inmediato sin perder el beat del show, tomó su trompeta y atacó...

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