Temas sobre el liderazgo y la democracia en México

AutorRoderic Ai Camp
Páginas298-308
298
X. TEMAS SOBRE EL LIDERAZGO
Y LA DEMOCRACIA EN MÉXICO
A LO LARGO de esta obra he identi cado numerosos hallazgos revelados por
un conjunto de datos originales y por la información acumulada durante
cuatro décadas de investigación, entrevistas y correspondencia con los políti-
cos mexicanos más importantes. Las principales revelaciones se han analiza-
do en la última sección de cada capítulo. Al resumir las conclusiones de to da
la obra, parece apropiado identi car brevemente un grupo selecto de temas
que rebasan los límites de cada capítulo y que, en muchos casos, tienen po-
tenciales implicaciones para comprender la relación entre la democracia y el
liderazgo por el mundo entero.
Mi comentario, aquí, sobre esas vastas consecuencias es de tono especu-
lativo, habiendo ya ofrecido evidencia empírica así como cualitativa. El pri-
mer gran tema que surge del análisis es que las reformas políticas que han
impactado el proceso electoral pueden tener consecuencias duraderas e in-
voluntarias sobre ciertas características del liderazgo político, sobre los que
guardan las puertas de ese liderazgo y sobre la homogeneidad del liderazgo
según un modelo electoral democrático. Cuando el partido en el poder, el
Partido Revolucionario Institucional (PRI) tomó, durante los años sesenta, la
decisión de modi car la distribución de los escaños en la rama legislativa,
añadiendo 100 puestos plurinominales en la Cámara de Diputados, lo hizo
para suprimir la presión de los partidos de oposición, concediéndoles una
representación garantizada en los cargos nacionales. Además tomó esa deci-
sión para sugerir, al menos simbólicamente al público y a sus críticos, que
México podía jactarse de una “política democrática” que autorizaba la repre-
sentación de la oposición en las instituciones nacionales. De hecho, desde
luego, ninguno de los miembros de otros partidos ocupó cargos en las ramas
ejecutiva o judicial, como tampoco los más in uyentes actores regionales, o
sea los gobernadores de los estados. Además, dada la fórmula creada para la
selección de estos nuevos diputados de “partido”, un análisis revela que los
partidos más pequeños y menos amenazadores, los de la izquierda, estuvie-
ron sobrerrepresentados, y que el Partido Acción Nacional (PAN), único parti-
do capaz de recibir una votación considerable de la oposición, y por tanto,
única amenaza posible, estuvo subrepresentado.
Lo que la dirigencia del PRI no previó, con graves consecuencias a largo

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