El sueño Kurdo

AutorTémoris Grecko

KIRKUK, IRAK.- En los már-genes de una llanura cercana a esta ciudad iraquí, máquinas excavadoras y soldados abren una larga trinchera de tres metros de ancho para proteger el territorio kurdo de un eventual ataque del Estado Islámico (EI), la milicia yihadista anteriormente conocida como Estado Islámico de Irak y el Levante (EIIL).

El Gobierno Regional del Kurdistán (GRK) -que controla este territorio de 40 mil kilómetros cuadrados, colindante con Irán, Turquía y Siria, y con una población de 4.5 millones de personas-ordenó la construcción de trincheras ante la inexistencia de obstáculos naturales que ayuden a defender la zona. Sólo llanuras lo separan de las posiciones que mantiene el EI, organización islámica extremista que, en cuestión de semanas, penetró desde Siria e invadió buena parte del territorio iraquí. El Ejército Islámico busca establecer un califato en todo Medio Oriente.

Los soldados kurdos, llamados peshmergas ("los que no tienen miedo"), cavan y fortifican las zanjas en medio de disparos que realizan francotiradores del EI. Es un fuego de baja intensidad pero constante. Las balas pasan zumbando y explosiones de mortero estallan de vez en cuando. ¡Baaam!, se escucha cerca de la trinchera. Los peshmergas ni se inmutan.

Frente a las máquinas excavadoras, el teniente peshmerga Halgurd Muhammad vaticina que el Kurdistán "volverá a ser como era antes de que los franceses e ingleses vinieran a revolverlo todo". Se refiere al tratado de Sykes-Picot, firmado en 1916. Mediante ese acuerdo, Francia y Gran Bretaña trazaron a su gusto las fronteras en Medio Oriente. Así, pueblos de una misma etnia, religión y lengua quedaron en países distintos. Esa fue la situación de los kurdos, que habitan en Turquía, Irán e Irak.

"Bajo los otomanos -prosigue Muhammad como si estuviera en un salón de clases- en este territorio (Irak) había tres provincias: Basora (habitada por chiitas), Bagdad (habitada por sunitas) y Mosul (de población kurda). Así, las cosas caerán por su propio peso", afirma en referencia al hecho de que Irak parece estar fragmentándose en tres partes: justamente los territorios que había en la época del Imperio Otomano.

"Es la gravitación: todo será como debía ser", añade Muhammad, convencido.

La "Nueva Dubái"

Cuando faltan dos años para se cumpla el centenario del tratado de Sykes-Picot, éste se da por muerto. Las trincheras que cavan los peshmergas parecen pensadas para marcar las fronteras del territorio kurdo. Existen, sin...

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