Sudamérica: Una región en crisis

AutorAlejandro Pairone

Más que un país convulsionado, en enero Argentina es una metáfora que anticipa la mayoría de las situaciones que habrían de caracterizar al continente durante el resto del año: crisis económica y política, conflictos sociales, represión, violencia, muertes, exclusión, cambio de rumbos y esfuerzo tenaz por preservar la institucionalidad democrática.

Con la sola excepción de Chile, una isla de estabilidad en una región desestabilizada, los demás países, con sus particularidades, atraviesan por al menos una de las situaciones que sufren los argentinos en su verano caliente, desde cualquier punto de vista.

Un rápido paneo por la región habla por sí solo. El fracaso del golpe de Estado en Venezuela dista de traducirse en una posterior pacificación, palabra que tampoco puede definir ni por asomo la realidad colombiana.

En Ecuador, Perú y Paraguay el denominador común son los violentos enfrentamientos que se producen por la represión gubernamental de las manifestaciones opuestas a la privatización de empresas todavía en manos del Estado.

Por sus propias desventuras, pero también por consecuencia de la debacle argentina, Brasil y Uruguay quedan en el ojo de la tormenta de una crisis económica que se traduce en una fuerte devaluación, mayor endeudamiento y, en el caso uruguayo, crisis bancaria con incautación de depósitos incluida.

Los saqueos no son patrimonio de los excluidos argentinos, sino que también tienen lugar en Paraguay y Uruguay, en el marco de una fuerte conflictividad social.

El año también marca un punto de inflexión ideológica en la región, dominada por el cuestionamiento a las políticas neoliberales aplicadas durante los años 90 y que no se traducen en una generalizada mejora en la calidad de vida de los sudamericanos.

Venezuela, Brasil y Ecuador están gobernados por Presidentes que confrontan abiertamente con los consensos de Washington. En Uruguay la administración del Presidente Jorge Batlle se diluye en una crisis sin salida y si las elecciones fuesen hoy ganaría el izquierdista Frente Amplio, según coinciden todos los sondeos.

En Perú, Alejandro Toledo es el mayor derrotado en las elecciones regionales de noviembre, y su figura se desarma en la misma medida en que crece la del ex Presidente centroizquierdista Alan García. En Bolivia, el sindicalista cocalero Evo Morales queda a un paso de la Presidencia y obliga a conformar una alianza a los sectores socialdemócratas, liberales y conservadores para encumbrar al ex Presidente Gonzalo Sánchez de Lozada.

El año comienza con una Argentina que tiene cinco Presidentes en una semana, declara el cese de pagos a los acreedores privados, devalúa su moneda tras una década de paridad cambiaria frente al dólar y todavía llora a las 30 personas asesinadas en las...

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