El socialismo

AutorIgnacio L. Vallarta
Páginas65-66
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a desigual distribución de la riqueza, la miseria espantosa de
las clases más numerosas de la sociedad, los espectáculos
dolorosos del hambre, tanto más odiosos cuanto que se pre-
senciaban en medio de una pompa deslumbradora; todo eso
hacía ya prorrumpir en amargas invectivas contra esa injusticia
social a un hombre que hoy veneramos sobre los altares. Ani-
mado por una ardiente caridad cristiana, creía que la limosna
bastaría a curar aquellos males; sin advertir que tenían hondas
causas enraizadas en aquella organización política; sin advertir
que un paliativo no es un antídoto; sin advertir que no haciendo
pedazos todo aquel orden de cosas, era imposible todo cambio.
Tal vez, él mismo se persuadió de la ineficacia de sus remedios,
cuando irritado contra tanta injusticia acabó por considerar a la
propiedad como el resultado del robo. ¡Extraña coincidencia del
orden de cosas, que deploraba el santo, con el que surge ya de
las naciones civilizadas! ¡Mil veces más extraña la coincidencia
de este su atrevido aserto con las doctrinas de los modernos co -
munistas! ¡Y el que tal cosa decía era san Basilio, el que se llamó
por antonomasia el predicador de la limosna!
Bien sé que una nueva escuela llena de vigor y de vida
anda ganando todos los días considerable terreno en el campo
EL SOCIALISMO
L

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