Los sistemas de formación de familias en Italia y Europa

AutorMarzio Barbagli
Cargo del AutorProfesor de sociología, Departamento de Ciencias de la Educación, Universidad de Bolonia, Italia
Páginas37-71
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LOS CAMBIOS EN ITALIA EN EL ÚLTIMO CUARTO DE SIGLO
Comúnmente se piensa que una persona, ya sea de sexo masculino o fe-
menino, se vuelve adulta cuando ha atravesado diversos umbrales: ha
terminado los estudios, ha entrado en el mercado del trabajo y tiene una
ocupación relativamente estable, ha dejado la casa de los padres, se ha
casado, se ha vuelto padre o madre.
En Italia, desde la mitad de los años setenta en adelante, ha habido
profundas transformaciones en el tiempo y en los modos en que estos
umbrales vienen superados (Cavalli, 1993; Buzzi, 2002; Facchini, 2002). De
acuerdo con algunos estudiosos, los más importantes son tres. En primer
lugar, se ha incrementado la edad a la cual esto ocurre. Ha crecido cons-
tantemente el número de las personas que entran al sistema escolar y el
número de años que permanecen en él. La cuota de jóvenes que empiezan
a trabajar antes de los 15 años se ha reducido de manera constante y al
final del siglo XX era exigua, mientras ha crecido la de quienes desarrollan
trabajos discontinuos y ocasionales o que trabajan y estudian al mismo
tiempo. Ha aumentado la edad media en la cual se casa. La proporción de
jóvenes que continúan viviendo en la casa de los padres, incluso después
de haber terminado los estudios y de haber encontrado un trabajo, ha cre-
cido. Se ha reforzado la tendencia a tener un hijo después de los 30 años,
en el 2000 menos de la mitad de quienes tenían entre 30 y 34 años había
Capítulo 1
Los sistemas de formación de familias en Italia y Europa*
Marzio Barbagli**
* Traducción de Rosario Esteinou.
** Profesor d e sociología, Departamento de Ciencias de la Educación, U niversidad de
Bolonia, Italia.
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Marzio Barbagli
tenido esta experiencia. En suma, se termina más tarde los estudios, se
encuentra más tarde un trabajo, se casa más tarde, se sale de la familia de
origen más tarde, se trae un hijo al mundo más tarde. En segundo lugar, la
secuencia de los pasajes a través de las distintas etapas es cada vez menos
fija e impredecible. Así, por ejemplo, mientras en un tiempo para tener un
hijo se necesitaba estar casado, hoy esta norma ha perdido en parte su
valor. En tercer lugar, se ha alargado la distancia temporal entre las distin-
tas etapas. Así, por ejemplo, entre 1996 y el 2000 se ha extendido el perio-
do que va de la entrada en el mercado de trabajo y la creación de una
nueva familia (Buzzi, 2002: 28).
ITALIA Y LOS OTROS PAÍSES OCCIDENTALES
Los medios (e inicialmente también algunos estudiosos) han sostenido que
la prolongación de la permanencia de los hijos (varones) en la familia de
origen es un fenómeno exclusivamente italiano, una de las tantas peculiari-
dades de nuestro país, que tiene causas y produce efectos patológicos.
Desde hace años, en los servicios periodísticos y en las conversaciones
privadas, se usa el término mammismo, para describir y al mismo tiempo
explicar dicha especificidad: la incapacidad o la imposibilidad de los jóvenes
varones de liberarse del abrazo de madres ansiosas, dominantes, hiperpro-
tectoras, sofocantes, y de volverse adultos maduros y autónomos.1 Pero la
realidad es muy distinta. También en otros países occidentales los sociólo-
gos y los demógrafos se han dado cuenta, desde el inicio de los años ochen-
ta, que el sistema de formación de la familia estaba cambiando y que los jó-
venes salían cada vez más tarde de la casa. También en estos países los
medios han dedicado espacio a esta nueva tendencia y han aparecido nuevos
términos que indican la dependencia de los jóvenes mayores de edad de la
madre y de los trabajos que ella desarrolla, desde el planchado de las cami-
sas hasta los manjares que prepara. En Bélgica se ha hablado de “familias-
hotel”, para referirse a la tendencia de los jóvenes de quedarse en la casa
de los padres más tiempo que antes por los servicios que pueden obtener.
En Suecia, partiendo del término sambo, usado en el lenguaje común para
1 El término mammismo para describir y explicar esta presunta peculiaridad italiana ha sido
usado también por la revista Newsweek y ha sido retomado también por otros estudiosos.
Los sistemas de formación de familias en Italia y Europa
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indicar dos compañeros que conviven juntos (y que es una abreviación de
samboende), se ha acuñado el neologismo mambo, para indicar a los hijos
mayores de edad que no logran vivir sin la madre y salir de casa.
En efecto, las investigaciones hechas hasta ahora muestran que, desde
la mitad de los años setenta en adelante, se ha tenido una prolongación de la
permanencia en la familia de origen de los hijos e hijas no sólo en Italia,
sino también en Estados Unidos y en Australia, en Francia y en Alemania,
en España y en Grecia, y en otros países. Los datos de los que disponemos
sobre la segunda mitad de los años noventa muestran, sin embargo, que
hay diferencias notables entre los distintos países occidentales, en la edad
a la cual los jóvenes salen hoy de casa. Tomando en consideración seis
países, una investigación ha mostrado que ya sea los hijos varones que las
hijas mujeres dejan la familia de origen mucho antes en el Reino Unido, en
Alemania y en Francia que en España, en Grecia y en Italia. Investigacio-
nes más recientes, conducidas sobre un número mayor de países, han
proporcionado un cuadro más amplio y preciso, mostrando que en Europa
occidental hay hoy dos modelos distintos de formación de las nuevas fami-
lias (Iacovu, 1998; Corijn, 1999; Iacovu y Berthaud, 2000; Aassve et al.,
2001; Billari y Wilson, 2001) (ver cuadro 1 para algunos de estos países).2
El primero está caracterizado por la presencia de etapas intermedias en el
paso de la familia de origen a aquélla nueva. Los hijos y las hijas salen de
casa pronto, por motivos de estudio o de trabajo, y se van a vivir solos o
con colegas y amigos. O bien forman una unión de hecho, conviven more
uxorio con un compañero y tienen a menudo un hijo antes de casarse. En
el segundo modelo, las etapas intermedias tienen poca relevancia o faltan
del todo. Los hijos y las hijas dejan a los padres tarde para casarse y poner
su casa por cuenta propia y tienen un hijo después del matrimonio. El
primer modelo domina en diez países: en Finlandia, en Suecia y en Dinamar-
ca, en Holanda y en el Reino Unido, en Bélgica y en Francia, en Alemania, en
Austria y en Suiza. El segundo prevalece en otros cinco: en Italia y en Gre-
cia, en España y en Portugal, pero también en Irlanda.3
2 El cuadro se refiere a 13 países. Para los otros citados en el texto (Suecia y Suiza) los
datos provienen de otras fuentes.
3 El cuadro 1 muestra que la diferencia entre hombres y mujer es en la edad de salida de
la casa varía de acu erdo con los países. Es muy baja en Dinamarca y en Irlanda, bastante
alta (entre tres y cuatro años) en Alemania y en Austr ia, y muy alta en Grecia (más de cinco
años). En todos estos países, por lo tanto, las mujeres dejan la casa de los padres antes que

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