Servida para agradecer

AutorViridiana Muñoz

Ya sea por su cercanía con la frontera norte, por los lazos familiares que pueden expandirse hasta el País vecino o el gusto por reunir a los seres queridos, el Día de Acción de Gracias ha logrado colarse en los hogares mexicanos y contagiar su espíritu de gratitud.

Un ejemplo es el caso del chef ensenadense David Castro Hussong, cofundador de Fauna -restaurante bajacaliforniano que acaba de ser anunciado como el Miele One To Watch de la lista de los 50 Mejores Restaurantes de América Latina-, que, al igual que muchas familias fronterizas, la suya decide dar gracias cada año.

"Para mi familia lo más importante es tener un día para convivir. Se puede comer, o no, lo tradicional: camote, pavo y puré de papa; pero lo más relevante y los más bonito es compartir la comida con los seres queridos. Recuerdo que la casa de mi abuela materna siempre huele a manzana, canela y azúcar caramelizada, por el pay de manzana que a ella le gusta servir tibio, recién salido del horno.

"Del lado de mis parientes paternos, la fecha huele a hongos debido a que a una tía le gusta hacer un gravy con hongos, que tal vez no es tradicional pero ese es su toque. Cada casa tiene sus aromas pero sabes que es Thanksgiving si huele a camote, pavo y puré", rememora el egresado del French Culinary Institute, en Estados Unidos.

Por otro lado, el caso del chef Mario Llamas es un ejemplo de la fusión de raíces, pues aunque él es originario de Los Ángeles, California, su familia tiene procedencia en Zacatecas, y su cocina en estas fechas evoca a esa coyuntura cultural.

"Mi mamá es migrante mexicana, cuando llegó a Estados Unidos no sabía de la tradición pero ella fue haciendo las cosas a su manera. Cada año no podía faltar el puré de papa, con un poco de mantequilla y leche, y pavo relleno de crutones o ingredientes que tenía en casa como apio, zanahoria, caldo de pollo que sobró de días antes y los mezclaba para hacer el gravy.

"El chiste era no salir a comprar para cocinar, sino aprovechar lo que tenía en el refri. Tiempo después incluyó el jamón para que no enfadara el pavo de cada año, le ponía rebanadas de piña encima y al interior, y bañaba con una salsa de jugo de piña con azúcar mascabado", describe el cocinero que vivió 14 años en Guadalajara, en los que emprendió junto con su esposa, Nancy Castañeda, el restaurante The Boathouse, en Providencia.

Con manzana, nuez y un aderezo cremoso, el egresado de The Cordon Blue, en Estados Unidos, elaboraba una ensalada en casa...

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