Sergio Sarmiento / Domésticas

AutorSergio Sarmiento

"Al margen de la ley, nada; por encima de la ley, nadie".

Principio liberal

Nadie puede cuestionar la lógica jurídica del ministro Alberto Pérez Dayán en su dictamen sobre el amparo directo 9/2018.

"No existe alguna razón constitucionalmente válida por la cual la Ley Federal del Trabajo y la Ley del IMSS excluyan el trabajo doméstico del régimen obligatorio de seguridad social, lo cual provoca una discriminación injusta contra dichas trabajadoras", explica el comunicado de la Suprema Corte.

A nadie sorprende que los demás ministros de la Segunda Sala hayan ratificado el fallo por unanimidad, ni que el nuevo director general del IMSS, Germán Martínez, haya señalado que acatará el fallo y lanzará un plan piloto para que las empleadas domésticas puedan ser dadas de alta.

La decisión no es sólo jurídicamente impecable, sino persuasiva en lo moral. Viridiana Ríos, doctora en Harvard y comentarista política, publicó un tuit este 5 de diciembre: "Me emocioné y se me salieron las lágrimas por mi mamá que es trabajadora del hogar y estudiante".

La única duda, que no es políticamente correcta, pero sí realista, es si el fallo terminará por perjudicar más que beneficiar a las empleadas domésticas.

Dar de alta a una empleada doméstica en el IMSS no es tarea fácil. Cuando yo traté de hacerlo me di cuenta que tenía que hacer colas y trámites en el IMSS durante horas o mandar a alguien con una carta notarizada a perder ese tiempo.

Dar de alta a alguien en el Seguro implica, por otra parte, mantener una compleja contabilidad de sueldos, retenciones y pagos al IMSS. Muchas amas de casa o familias se enfrentarán a una pesadilla burocrática si tratan de hacerlo.

El costo del trabajo doméstico se elevará, pero el ingreso de las trabajadoras podría reducirse. Al sueldo que hoy se entrega en efectivo, habrá que restar los pagos al IMSS, el Impuesto Sobre la Renta, el Infonavit y el impuesto de nómina.

Al final es muy posible que se reduzca el número de puestos de trabajo o que millones de familias honestas se conviertan en delincuentes por no poder llevar a cabo el frustrante trámite burocrático de registrar a una empleada doméstica en el IMSS.

Las mujeres trabajadoras -maestras, empleadas de oficina, vendedoras- dependen...

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