En seis años podría ocurrir una gran tormenta solar: UNAM

CIUDAD DE MÉXICO, enero 24 (EL UNIVERSAL).- Las tormentas solares son eventos naturales no predecibles y suceden con más frecuencia cuando el número de manchas en la superficie del Sol es mayor, señaló Luis Xavier González Méndez, investigador del Servicio de Clima Espacial México (SCiESMEX), del Instituto de Geofísica (IGf) de la UNAM.

?Nuestra estrella tiene un ciclo promedio de actividad de 11 años, por lo que aumenta la probabilidad de que ocurra una tormenta de gran intensidad en 2023 o 2024, cuando se presente el próximo máximo de actividad solar; sin embargo, como ocurre con los sismos, se desconoce la fecha exacta del fenómeno?, resaltó.

Las tormentas solares son muy energéticas, ocurren cuando en la superficie del Sol suceden explosiones a gran escala que liberan grandes cantidades de masa y energía al medio interplanetario. Estas manifestaciones siguen ciclos de aproximadamente 11 años, y durante el máximo de actividad es posible que se presenten tres o cuatro en un día, mientras que durante el mínimo, una cada cuatro días, en promedio.

Expulsan un gas incandescente con velocidades que pueden rebasar los dos mil kilómetros por segundo y llegar a la Tierra en un día. Cuando el material impacta nuestro planeta se producen fenómenos naturales como las auroras boreales y las auroras australes en los polos Norte y Sur, así como fenómenos que afectan a nuestra tecnología.

-Afectaciones a escala humana

En un planeta altamente tecnificado e interconectado, los daños por una tormenta solar resultan más preocupantes que en siglos pasados, reconoció el investigador, quien reiteró que no se pueden predecir, pero sí existe una ventana de ocho minutos para que las emisiones de rayos X lleguen a la Tierra y se conozca la intensidad de la explosión.

?Entonces se tienen algunas horas y se pueden tomar precauciones como apagar los equipos y evitar perjuicios?, abundó González Méndez, quien desarrolla su trabajo en el Departamento de Ciencias Espaciales del IGf.

Las mayores afectaciones ocurren en las telecomunicaciones, en todas las frecuencias, y en los satélites, porque no tienen el campo magnético y la atmósfera que los cubra: pueden ser golpeados directamente y sufrir averías en los paneles solares y en su eficiencia; también puede verse alterada su...

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