Sargazo, un problema de proporciones oceánicas

Berenice González Durand

CIUDAD DE MÉXICO, agosto 22 (EL UNIVERSAL).- Las redes sociales no son las únicas que conectan los extremos de la Tierra a gran velocidad. Lo que sucede en geografías de aparente lejanía, como África y Brasil, afecta a las costas mexicanas. Las grandes tormentas de arena en el desierto del Sahara se multiplicaron por 10 en las últimas décadas, acarreando muchos nutrientes hasta el Atlántico; mientras los afluentes del Amazonas se han sobrealimentado en los últimos años con los desechos de sus crecientes actividades agrícolas y forestales.

La suma de estos materiales ayuda a engordar el llamado "Gran cinturón de sargazo", cuyas floraciones llegan hasta las costas de Quintana Roo en una marea parda que representa una problemática que no acaba con el verano vacacional.

Un reciente estudio presentado por Investigadores de la Universidad del Sur de Florida en la Facultad de Ciencias Marinas de San Petesburgo y presentado en la revista Science describe precisamente cómo empezó a crecer este "cinturón" desde el verano de 2011 hasta alcanzar más de 8 mil kilómetros de extensión y un peso estimado de 20 millones de toneladas, lo que equivale a 200 portaviones.

Los científicos, comandados por el oceanógrafo Chuanmin Hu (quien ha estudiado el Sargassum empleando tecnología satelital desde 2006), utilizaron observaciones satelitales de la NASA para documentar la magnitud del problema. Con simulaciones por computadora confirmaron que este cinturón de macro algas color marrón se forma en respuesta a las corrientes oceánicas.

Hace ocho años, la mayor parte del sargazo flotante se encontraba principalmente en diversas áreas alrededor del Golfo de México y en el Mar de los Sargazos, que se encuentra en el borde occidental del Océano Atlántico central. Los expertos que han detectado estas nuevas poblaciones de algas al norte del Ecuador terrestre culpan a la gran cantidad de materia orgánica que llega al mar.

Los científicos pudieron calcular los niveles de nutrientes que alimentan la floración de sargazo por las observaciones de clorofila en aguas superficiales y que proporcionan una luz verdosa en el océano circundante.

Hace una década, los niveles de clorofila a aumentaron en el penacho del río Amazonas, la parte del Océano Atlántico que recibe las salidas de los afluentes. Además, las aguas entre África y Brasil están en una región más cálida que ha favorecido las floraciones con un desarrollo más veloz que genera una mayor...

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