Sabor que empodera
| Autor | Eduardo Cedillo |
Augusto López Méndez es un joven guatemalteco de 19 años que vivió casi toda su vida en la frontera con Chiapas, donde trabajó en cafetales para obtener ingresos. Hace un par de años decidió refugiarse en la CDMX para buscar mejores aires y mejor calidad de vida, encontrando ambas en Pixza.
"En Guatemala no hay mucho trabajo, tampoco mucha comida y yo no fui a la escuela. Mejor decidí ir a trabajar, primero en Chiapas, pero decidí venir a la Ciudad y conocer más personas. Yo no sabía hablar español y fui aprendiendo más o menos y ahorita ya más o menos me la sé", contó Augusto.
El joven llegó a la CDMX a un refugio del DIF donde le apoyaron en todo sentido; en un segundo lugar, él quiso comenzar a trabajar para salir adelante por sus propios medios.
"Cuando llegué a Pixza me hicieron montar barra, hacer pizza y luego pasé a cocina, hacer los guisados, la salsa, no sabía nada, pero aquí me enseñaron y llevo dos años. Cocinar es más padre, más movido", relató.
Pixza es una empresa social dedicada a una labor de empoderamiento dirigida a jóvenes con un perfil de abandono, a través de un plan de 12 meses se les dota de un empleo y se les acompaña para poder lograr una independencia emocional y económica.
"Son jóvenes de entre 17 y 30 años de edad que deben de tener, al menos, dos de estas seis características para poder trabajar con nosotros: 1.- Haber pasado tiempo en situación de calle; 2.- Tener abandono familiar; 3.- Rezago Educativo; 4.- Historial Criminal; 5.- Historial de dependencia de drogas y 6.- Ser migrante refugiado y/o deportados", detalló Alejandro Souza, fundador de la organización civil.
Cuando los jóvenes reciben una oferta de empleo de Pixza comienzan los 12 meses de empoderamiento donde se buscan tres objetivos: un crecimiento profesional para poder ser subencargados de un punto y que tengan un desarrollo profundo de habilidades.
"El tercero es que tengan una vida independiente autosostenible y eso significa salir del albergue y entrar a su propio ambiente y nosotros les ayudamos a financiar todo lo que necesitan para adecuar su vivienda y tener un plan de vida personal y profesional para que lo puedan sostener posgraduación con nosotros", señaló el fundador.
Y eso es lo que vivió Augusto al llegar a la Capital, transformando su realidad en una vida casi antitética a su estancia en Chiapas, yendo del trabajo de largas jornadas a los delicados procesos de la cocina.
"Me gusta cocinar, cocino aquí y también en mi casa, me...
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