Erasmo de Rótterdam: la educación humanista y la naturaleza

AutorAle, Pedro Salvador
Páginas203-214

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Erasmo de Rótterdam: la Educación Humanista y la Naturaleza

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COMISIÓN DE DERECHOS HUMANOS DEL ESTADO DE MÉXICO

Erasmo de Rótterdam nos dice sobre la educación, como uno de los principales derechos del ser humano, el modelo educativo ideal para crear una base cultural, civilizada, ya que aunque estemos en el siglo XXI, no se han inventado ideas nuevas. El comunismo, el liberalismo, son temas que aún se tratan, pero que nacieron de los choques de las revoluciones europeas.

Nos expresa que hoy el principio democrático se ha desencadenado hasta querer manipularlo todo. Nos hace saber que el pueblo, en la democracia, no siempre tiene la razón, pero que tampoco se puede tener la razón sólo contra el pueblo. Por ello nos enseña que nuestro problema es que no cuestionamos con argumentos, estamos parados en las zonas marginales de la inteligencia.

Nos plantea que hoy lo que conocemos como opinión pública es hijastra de los medios de comunicación, que nos fabrican ciertos tipos de historias, sólo para hacernos tener miedo y perder los derechos individuales. Otros temas son el Hombre, la Naturaleza y el Niño, la armonía, las ideologías, la uniformidad social, el conocimiento práctico, las costumbres, los sentimientos y la personalidad.

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Erasmo de Rótterdam (1467-1532)

La admiración que hacia la Antigüedad sintió el Renacimiento motivó la preocupación de los humanistas por perfeccionar el latín volviendo a la pureza de la lengua clásica. El modelo predilecto fue Cicerón. Así en latín clásico, perfecto, fueron escritas las obras de Erasmo de Rótterdam, ef‌icaz ayudador de la Reforma, aun cuando se enemistó públicamente con la Iglesia Romana; sin embargo, su humanismo se opone a la Escolástica, a la que acusa de demasiada rigidez. Así en su Elogio de la locura, satiriza el espíritu formulista de la Edad Media, de igual manera en sus Pensamientos, alecciona con gran libertad sobre toda suerte de materias.

Hoy nos cuesta trabajo comprender el inf‌lujo de una personalidad como la de Erasmo que escribía en purísimo latín y cuya arma más ef‌icaz era la ironía. Los tiempos, empero, estaban maduros para la intervención que, en gran parte, fue útil para la corrección de los defectos de la Iglesia, en ese entonces.

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Señor Erasmo, la pureza de la lengua en su tiempo tenía un valor ético, por lo tanto fue trasladado a la educación, algo que fue un tema central en su vida, ¿cómo educar?

Sí, su pregunta es una de las razones por las cuales con frecuencia se me interroga qué sería para mí un modelo educativo, aplicado a la época que ustedes viven. Semejante pregunta es muy embarazosa para mí, porque para satisfacer lo que esperan mis interrogadores, no puedo recurrir a lugares comunes. Sin embargo, me resistiré a la tentación de ser original y he de contentarme con ser sólo veraz. En primer lugar confesaré que me es difícil decir qué idea sustenta mi modelo de institución educativa.

Porque una idea no es como el cimiento f‌ijo sobre el que se erige un edif‌i cio. Es más bien algo así como una semilla que no puede uno arrancar y mostrar cuando empieza a convertirse en planta. El niño halla su nutrición en la leche materna. Tiene sustento y regazo maternal a un tiempo. Es cuanto lo nutre, en cuerpo y alma. Así se halla por primera vez el niño con la gran verdad de que la relación cierta del hombre con el mundo, es una relación de amor personal y no efecto de una ley mecánica.

Para darle un ejemplo, hay semejanza en los rasgos peculiares de la introducción y el f‌inal de un libro. En ambos lugares se ofrece el aspecto completo de la verdad. Sólo que la introducción es más sencilla porque no se ha desenvuelto aún, en tanto que en el f‌inal se halla otra vez sencilla, porque está ya perfectamente desarrollada. La verdad tiene un lugar medio en su carrera, en que es compleja, en que se lastima al tropezar con obstáculos, y se hace pedazos para volver a encontrarse en una más plena unidad de pensamiento.

De igual manera el advenimiento del hombre a este mundo es su introducción a su verdad última en una forma sencilla. Nace a un mundo que le parece intensamente vivo, donde él, como individuo, ocupa toda la atención de lo que le rodea. Luego se pone a dudar de este aspecto hondamente personal de la realidad; se pierde entre la complejidad de las cosas, se separa de lo que lo rodea, y a menudo hace esto con un sentimiento de antagonismo.

Pero este disgregarse de la unidad de la verdad, esta inf‌lexible lucha civil entre la personalidad del hombre y su mundo externo, no pueden tener como signif‌i cación una discordia interminable.

Para encontrar la verdadera conclusión de su vida, el hombre tiene que regresar a través de esta digresión de duda, a la sencillez de la verdad perfecta, a su unión con todo en un vínculo inf‌i nito de amor.

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Al f‌inal, lo que buscamos por todos los caminos, había sido el comienzo…

Cierto, por esto es que la niñez debería recibir íntegro el trago de vida que le toca, del cual siente una sed enorme. La mente juvenil debería saturarse de la idea de que ha nacido en un mundo humano que se halla en armonía con el mundo que le rodea. Esto es lo que la educación actual de ustedes omite con cierto aire de superior sabiduría, severa y desdeñosa. Con toda violencia arrebata a los niños de un mundo lleno con el misterio de la obra de la propia mano de Dios, lleno de la sugerencia de la personalidad.

Es un simple método de disciplina que se rehúsa a tomar en cuenta lo individual. Así, la educación que se lleva a cabo es una fábrica ideada especialmente para tornear productos uniformes, en masa. Así se educa siguiendo una línea recta imaginaria de tipo medio mediocre.

Pero la línea de la vida no es recta, porque le gusta de jugar al sube y baja con la línea del tipo medio. La educación actual no...

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