Roberto Gómez Junco / Personaje inolvidable

AutorRoberto Gómez Junco

Con la muerte de Johan Cruyff se cierra prematuramente un maravilloso capítulo en la historia del futbol.

Murió, simple y sencillamente, uno de los cuatro incomparables futbolistas. Y si Pelé y Maradona podían tanto o más que él con su propio juego, como aún puede Messi, nadie ha tenido en una cancha de futbol, como Cruyff la tuvo, tanta influencia en el juego de sus compañeros.

Un inigualable, demoledor y elegante organizador que alcanzó su máxima expresión con aquella inolvidable Naranja Mecánica de 1974.

Esa revolucionaria Selección holandesa cuya inusitada ofensividad partía de un eficiente y agresivo trabajo de recuperación del balón, de un "desorden organizado o desorganización ordenada" en la que muy pocos guardaban posición fija, de una especie de envolvente vorágine dirigida magistralmente por Cruyff.

Un equipo que demostró como ningún otro que la mejor defensa es el ataque y que ataca mejor el que primero sabe defenderse teniendo la pelota más tiempo que el adversario, manejándola con pulcritud y solvencia; y al perderla, recuperándola lo más pronto y lo más cerca posible de la portería contraria.

Después, como director técnico, entre otros logros, el gran Johan sembró fundamentales semillas de lo que fue floreciendo en el actual Barcelona, el mejor...

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