Robert F. Kennedy, la promesa que no fue

Víctor Sancho, corresponsal

WASHINGTON, EU, junio 10 (EL UNIVERSAL).- Quizá menos conocido que su hermano John, Robert Francis Kennedy (1925-1968) fue una importante figura política en Estados Unidos, bañada con el paso de los años con la mística de qué hubiera pasado si no hubiera sido asesinado en la cocina de un hotel de Los Ángeles, cuando lo tenía todo para ser el próximo presidente del país y revivir con más idealismo las políticas de John F. Kennedy.

"La historia recuerda a Robert F. Kennedy (RFK) como fue en su cruzada por ser presidente en 1968: un sanador racial, un tribuno para los pobres y el último caballero progresista. Su visión romántica para EU y el planeta convirtieron a Bobby en un optimista extraño en una era de cinismo político", explica a EL UNIVERSAL Larry Tye, autor de "Bobby Kennedy, the making of a Liberal Icon (Bobby Kennedy, la creación de un ícono liberal)".

La cúspide de la carrera política y la vida de Bobby se encontró de bruces con uno de los momentos más turbulentos de la historia moderna de EU, una década de los 1960 marcada por los asesinatos de JFK y Martin Luther King, las luchas por derechos civiles, las revueltas y la Guerra en Vietnam.

Robert apareció en la campaña demócrata de 1968 con un discurso nuevo, conciliador. "Bobby habló del poder de alzarse por un ideal, mejorar el conjunto de los otros para eliminar las injusticias, y enviar pequeñas ondas de esperanza, tal y como dijo a estudiantes luchando contra el racismo en Sudáfrica. [?] Creía en el poder de esas ondas, y en su habilidad de construir una corriente para derribar los más poderosos muros de opresión y resistencia", dice Jack Bohrer, autor de "The Revolution of Robert Kennedy".

Hasta entonces había vivido bajo la sombra de su hermano, de quien fue principal asesor y confidente. "Durante su vida personal dejó todo para conseguir las metas de su hermano", apunta Bohrer a EL UNIVERSAL. La muerte de JFK le tocó sobremanera, adentrándole en una fase de duelo y reencuentro personal.

"Su vida después de eso fue buscar su camino. Lo que Bobby encontró fue un país y un mundo en un torbellino de cambio aterrador y turbulento, de alguna forma similar al cambio radical que vivió en su vida. A medida que Bobby avanzaba, empezó a urgir a los otros a entender el cambio, abrazar el cambio, que a pesar de ser doloroso era inevitable, necesario y bueno", relata Bohrer.

Robert vivió algo parecido a una metamorfosis.

En sus primeros pasos en la vida...

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