Retan cibernautas a disqueras

AutorJosé Antonio Chávez

Las canciones de moda y las películas de estreno están disponibles ya, de manera gratuita, en internet, pero un pequeño problema: se trata de copias ilegales, distribuidas por redes de intercambio que han sido imposibles de detener para la industria del entretenimiento.

Fue Napster el que empezó con la fiebre del intercambio de música en línea. Cierto, la industria discográfica logró terminar este programa por medio de demandas legales. Pero el intercambio de música sigue vivo y saludable en la Red.

Ahora no hablamos ya de Napster, pero el sistema subsiste en decenas de imitadores que siguen operando, y que pueden obtenerse con facilidad. Nombres como iMesh, Ares, eDonkey y LimeWire compiten por convertirse en el nuevo rey, pero ninguno parece tener una ventaja clara.

Quizá lo más sorprendente es lo fácil que resulta entrar a la ilegalidad. Localizar uno de estos programas no es difícil. Después de bajarlo e instalarlo, sólo hay que dar click en el botón de "Search", y teclear parte del título de la canción o video que buscas. El programa te ofrecerá una lista de usuarios que la tienen disponible. Al dar doble click en alguno de ellos, la transferencia inicia de manera automática.

Los programas permiten intercambiar cualquier tipo de archivo, así que no es difícil encontrar películas. Sin embargo, la distribución de éstas no ha alcanzado niveles dramáticos, pues por lo general miden arriba de 700 MB -demasiado para una conexión casera-, además de que la calidad de la imagen suele ser muy deficiente.

¿Invulnerables?

Mientras que Napster fue relativamente fácil de cerrar, dado que requería de un servidor central, las nuevas redes son huesos mucho más duros de roer, pues usan un modelo distribuido en el que cada usuario se convierte a su vez en un servidor. Así, para eliminar la red, habría que demandar a cada usuario de manera individual.

Aunque el intercambio de archivos en sí es legal, usar estos programas para pasar copias de canciones o películas comerciales es un delito.

Además, mientras que Napster sólo permitía el intercambio de archivos MP3, los nuevos programas dejan que los usuarios intercambien de todo. Esto se convierte en un problema de seguridad, pues es fácil bajar e instalar un virus, un troyano o un programa espía.

En México: 90 millones

En el país, el intercambio de canciones en línea es popular. Casi 90 millones de canciones son descargadas ilegalmente cada año por usuarios de internet, informó Fernando Hernández, director...

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