Relicario / La historia cantada

AutorAlejandro Rosas

Eran los juglares mexicanos. Se encargaban de dar forma a los "cantares de gesta" surgidos con la Revolución. Con guitarra en mano, con algún violín desafinado o cualquier otro instrumento de cuerdas, alguna corneta y un trombón, la gente del pueblo recogía un pedazo de historia para ponerle música y letra y llevarla por todos los lugares de la región.

No se trataba de hablar exclusivamente del caudillo, del general o del Presidente. Las coplas referían sucesos naturales extraordinarios -terremotos, acontecimientos astronómicos, epidemias- o escándalos populares -asesinatos, infidelidades, amoríos-. El corrido mexicano reunió su propia versión de los hechos y se convirtió en una de las fuentes populares para reconstruir la historia.

Uno de los mejores ejemplos es el movimiento zapatista. Su eminente origen popular y el carisma mítico de su caudillo, Emiliano Zapata, capturaron la atención de propios y extraños. A través del corrido es fácil seguir la trayectoria del caudillo suriano, incluso desde antes de su incorporación a la Revolución mexicana. Batallas, momentos memorables, reuniones y entrevistas entre caudillos, todo fue recogido por la voz popular a través de la música.

En 1984 vio la luz una exhaustiva investigación del historiador Carlos Barreto Mark, director del Museo Casa de Morelos de la ciudad de Cuautla, en la cual logró recuperar los corridos zapatistas de Marciano Silva -"el gran olvidado de la música popular morelense y cronista cantor"- y algunos otros, gracias al apoyo de la fonoteca del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

Además de...

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