Relaciones México - Estados Unidos: El control de los indeseables

AutorWayne A. Cornelius

La estructuración del reforzamiento de la frontera se originó a principios de 1993, cuando el staff de la Casa Blanca comenzó a buscar la forma de "vacunar" al presidente Bill Clinton frente la contraofensiva anti-inmigración que había emergido en California en los inicios de esa década. Ese movimiento había asegurado la reelección del gobernador republicano Pete Wilson y la sonada aprobación de la Propuesta 187. Los asesores de Clinton creían que una demostración de fuerza altamente visible en la frontera podría neutralizar las críticas republicanas a la laxitud del control migratorio, en la ruta a la elección presidencial de 1996.1 Consecuentemente, la administración comenzó a gastar cantidades de dinero sin precedente para el sellamiento de la frontera (ver cuadro 1).

Más que la extensión de nuevos recursos a todo lo largo de la frontera suroeste, se decidió concentrarlos en cuatro segmentos relativamente cortos. Así nació la "estrategia enfocada al reforzamiento de la frontera" en aquellos segmentos tradicionalmente usados por el 70-80 por ciento de los migrantes no autorizados provenientes de México. La primera en ser implementada fue la Operación Hold-the-line (originalmente se llamó Operación Bloqueo) en El Paso, Texas, en 1993; seguida por la Operación Guardián en el área de San Diego en 1994; la Operación Safeguard en Arizona central, lanzada en 1995 (aunque la mayoría de los recursos no arribaron hasta el año fiscal de 1998); y la Operación Río Grande en el sur de Texas iniciada en 1997. La operación de reforzamiento en Arizona fue aumentada en 2004 con una asignación especial de 23 millones de dólares (excluyendo costos de recursos humanos), concentrados en la Iniciativa Arizona.

Esa estrategia estuvo destinada a incrementar la probabilidad de aprehensión en esos cuatro corredores hasta el nivel de que los migrantes potenciales fueran desalentados de abandonar sus comunidades de origen en México y otros principales países expulsores. La lógica de los diseñadores de la política migratoria era que si efectivamente podían controlar esos accesos principales, "geográficamente podrían hacerlo (con) el resto", como ha recordado la entonces comisionada del Servicio de Inmigración y Naturalización, Doris Meissner.2 Las formidables montañas y los abrasadores desiertos podrían desalentar los cruces en las áreas más peligrosas, como el desierto de Arizona.

Los peligros naturales que actualmente afrontan los migrantes que intentan una entrada clandestina por cualquier lugar del este del área metropolitana de San Diego son, además, extremos. El primer gran obstáculo está en el recorrido por la Meseta de Otay, donde hay al menos 60 por ciento de probabilidades de encontrar temperaturas bajo cero y nieve, si el cruce es hecho en cualquier temporada entre mediados de octubre y mediados de abril. Si cruzan por cualquier lugar del este de la Meseta de Otay, deben pasar por el desierto del Valle Imperial, donde temperaturas por arriba de los 100 grados Fahrenheit (37.7 grados Celsius) son la norma durante el periodo de junio hasta septiembre. Otra vez, las autoridades migratorias de Estados Unidos asumieron erróneamente que nadie arriesgaría su vida tratando de rodear y atravesar esos peligros.

El primer paso en la fortificación de los accesos principales fue erigir una cerca de acero de 10 pies (3.04 metros) de altura a través de las áreas urbanas de San Diego y El Paso. Esta cerca "primaria" fue edificada con acero corrugado y esteras terrestres sin uso desde la Guerra de Vietnam y acumuladas en almacenes gubernamentales3 y se termina en el Océano Pacífico, donde las lanchas-patrulla Zodiaco disuaden a los migrantes no autorizados de nadar o chapotear en los alrededores. Los migrantes y los contrabandistas profesionales constantemente intentan (cruzarla) por sus puntos débiles. Es posible cavar bajo la cerca; 14 túneles transfronterizos usados por traficantes de migrantes, de drogas, o por ambos, fueron descubiertos a lo largo de la frontera México-California en el periodo de 2001-2004. También puede ser cortada con antorchas de acetileno. Igual es posible treparla, pero en áreas urbanas bien iluminadas y con fuertes patrullajes, usualmente esto resulta en rápidas aprehensiones por parte de la Patrulla Fronteriza, así que la mayoría de los migrantes actualmente pasa a través de áreas distantes, no desarrolladas. En algunas áreas, la Patrulla Fronteriza ha hecho más difícil trepar la cerca erigiendo extensiones verticales, de fina malla de alambre, orientada hacia México. La última generación de tecnología en cercas fronterizas consiste en perchas de concreto de espacios cerrados.

Otras innovaciones de hardware incluyen iluminación de alta intensidad, tipo estadio, y sistemas de vigilancia a control remoto, 24 horas al día. Cada unidad de video está conectada a cientos de sensores terrestres, sísmicos y magnéticos. En las áreas más remotas, torres de observación remota proveen la vigilancia. Helicópteros son usados rutinariamente para aprehender a grupos grandes de migrantes. En junio de 2004, la Patrulla Fronteriza comenzó el uso de drones (vehículos aéreos no tripulados) para vigilar ciertas secciones de la frontera México-Arizona desde una altitud de 3 mil metros.

Gran parte del personal de la Patrulla Fronteriza se encuentra apostado haciendo la line-watch duty, con agentes ubicados en sus vehículos observando la actividad en las proximidades de la cerca primaria. En algunas áreas, los agentes están estacionados cada 100 yardas (91.44 metros) o así. Pero todavía hay largas extensiones de la frontera México-Estados Unidos que no han sido fortificadas pesadamente.4 A lo largo de muchas de las 350 millas (563.27 kilómetros) de frontera de Arizona, las únicas barreras hechas por el hombre son unas cuantas poleas extraviadas de cuerda de alambre, de tres pies (0.91 metros) de altura. Hay un servicio regular de transporte en camioneta que conecta pequeños poblados, como Altar, en el noreste de Sonora, con los puntos de cruce más conocidos en la frontera de Arizona, como Sásabe. Sin embargo, las sendas de más uso son patrulladas, y muchos migrantes son aprehendidos antes de que alcancen los puntos de levantamiento, que pueden estar de 20 a 40 millas (de 32.18 a 64.37 kilómetros) dentro de Estados Unidos.

Otra mejora tecnológica es el sistema IDENT, una base de datos computarizada a la cual se incorpora la foto, las huellas digitales y otra información personal para la identificación de cada migrante ilegal aprehendido. La Patrulla Fronteriza dice que la usa para ubicar a los migrantes que son notoriamente reincidientes, quienes, se presume, son traficantes profesionales.5 Aunque poco menos del 4 por ciento de los migrantes aprehendidos actualmente están detenidos y bajo proceso, en parte porque cuesta 90 dólares diarios mantenerlos en centros de detención y los espacios de dormitorio están muy limitados. El resto, quienes típicamente están en custodia por sólo unas pocas horas, simplemente son transportados a una garita en la frontera, donde reingresan a México después de firmar una forma certificando que están repatriándose voluntariamente.

La información recolectada por la Patrulla Fronteriza usando IDENT muestra que la tasa de reincidencia entre los migrantes aprehendidos ha crecido en años recientes (tabla 1). Esta tendencia ha sido interpretada por las autoridades migratorias como una evidencia de la eficacia de la estrategia concentrada en el reforzamiento de la frontera aunque podría ser así, sólo si los reincidentes, después de múltiples aprehensiones, estuvieran regresando a sus lugares de origen. Sin embargo, no hay evidencia de que la alta probabilidad de aprehensión en los corredores fuertemente fortificados esté teniendo un efecto en la conducta de los migrantes. La gran mayoría de migrantes aprehendidos intenta ingresar otra vez la tarde siguiente o un par de días después. Típicamente los contrabandistas les dan a sus clientes tres intentos "gratis" y la mayoría no necesitan más que uno o dos (Cornelius, "The structural embeddedness of demand for mexican immigrant labor: new evidence from California" en U.S.-Mexico relations; labor market independence, Stanford University Press, 1998: 130; Sherry, "Foundations of U.S. immigration control policy", working paper no. 95, Centro de Estudios Comparados de la Migración, UCSD 2004; Spener, "Smuggling migrant through South Texas: Challenges posed by Operation Rio Grande" en Global human smuggling: comparative perspectives, Johns Hopkins University Press, 2001).

La repatriación a larga distancia es una opción que Estados Unidos ha usado intermitentemente para desalentar los reingresos inmediatos. Durante septiembre de 2003, la Patrulla Fronteriza envió a todos los migrantes aprehendidos en Arizona a cuatro ciudades fronterizas en Texas. Los...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR