Reforma agraria en Morelos

AutorDip. Emma Margarita Alemán Olvera
Páginas147-162
Morelos. Forjadores de un Estado
147
IV. Reforma agraria en Morelos
1. Los orígenes
La cuestión agraria presente en nuestro país ya lo estaba desde los
tiempos de la Colonia. No es un hecho aislado que miles de campesinos
hayan acompañado a Hidalgo en su lucha. La Constitución de 1824,
la primera en regir nuestro destino como nación independiente, ya
esboza tímidamente algunos lineamientos en este sentido, pero dada la
inestabilidad política que se viviría durante las décadas posteriores, no
encontró ninguna aplicación. Más adelante, en la Constitución Liberal
de 1857 se recogen los primeros principios de articulación legislativa
concernientes a las formas de propiedad de la tierra, aunque una vez más
no llegaron a operarse por las disputas entre conservadores y liberales
que derivarían en una cruenta guerra civil.
Con los gobiernos de Benito Juárez y Porrio Díaz la cuestión de la
tierra tampoco quedó resuelta al contraponerse los ideales liberales con
la concepción comunal de la propiedad que tenían los campesinos. Esto
generó una serie de aisladas revueltas campesinas que fueron sofocadas
por la fuerza y que prolongarían por varios lustros una creciente
inconformidad que terminaría por estallar en la Revolución Mexicana,
Tom o I
148
movimiento armado de carácter político que se fundamentaría en dos
pilares esenciales: la instauración de la democracia y la cuestión agraria.
Durante la Revolución Mexicana, el Estado de Morelos -como ninguna
otra entidad de nuestro país- se convirtió en el inexpugnable bastión del
zapatismo y por ende, del agrarismo. Morelos tenía una añeja tradición
hacendaria y latifundista cuyos orígenes se remontaban al periodo
colonial, pero fue desde la segunda mitad del caótico siglo XIX, que el
Estado se convirtió en centro vital de la producción azucarera del país.
Las condiciones del campesinado que trabajaba las tierras morelenses
eran en extremo precarias, lo que permitió que miles de campesinos
respondieran al unísono el llamado revolucionario.
Antes del estallido revolucionario, la entidad era considerada un ejemplo
de progreso y un pilar del mercado nacional e internacional del azúcar.
Decenas de prósperas haciendas azucareras se levantaron por todo el
Estado. Sin embargo, la lucha armada que trajo consigo la Revolución
Mexicana -además de la mano de obra que había cambiado el arado por
el fusil- también arrasó con los campos cañeros, la planta productiva y la
obra hidráulica. Y es que por Morelos se hizo sentir la Revolución como
posiblemente como en ningún otro lugar, siendo el principal escenario
del zapatismo entre 1910, año del Plan de San Luis, y 1919, año del
asesinato de Emiliano Zapata.
La situación en México en 1910 era muy desfavorable para los
campesinos ya que la mayoría de estos había sido despojada de
sus tierras, por consecuencia el territorio mexicano se encontraba
dominado por haciendas, grandes terrenos que pertenecían a un solo
dueño, el hacendado era quien “contrataba a los campesinos despo-
seídos, dándoles un trabajo mal remunerado con el cual no les alcanzaba
para subsistir y sólo generaba deudas con el patrón y de no poder ser
pagadas en vida por el trabajador serían heredadas a los hijos y hasta

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR