'Que se reelija para terminarla'

AutorJorge Ricardo

ENVIADO

PARAÍSO, Tab.- Los periódicos del oficialismo tabasqueño informaron de una nueva refinería terminada. "Sueño y hazaña del Presidente", "Megaproyecto histórico", "Dos Bocas cierra hocicos", decían los titulares. Temprano, a esa hora semioscura en que miles de obreros de overoles anaranjados volvían a la obra inconclusa a trabajar.

Fue un día normal de labores. En la plaza principal ni la carpa blanca quedaba de la inauguración del día anterior, junto a las cuatro torres de concreto con los nombres de la Independencia, la Reforma y la Revolución, y los sueños del Gobierno de López Obrador de quedar en la historia: "4ta Transformación".

"Ayer por culpa del Presidente nos dejaron sin comer", se quejó al mediodía un almacenista de Jalpa de Méndez. "A los que salíamos a las tres, no nos dejaban salir y no dejaron entrar a los de la comida", insistió, montado en su moto con un pie en el suelo, a la espera de su amigo que estaba al frente de la fila de 60 personas para el cajero.

Lo bueno es que de cenar dieron ceviche, dijo su compañero de la empresa Techint. "No que otros días dan siempre lo mismo. Cerdo en verde, cerdo en rojo, pollo nunca dan; dan desmenuzado", añadió.

Vino y se fue el Presidente de esta obra de 600 hectáreas y más de 12 mil millones de dólares y algunos habitantes dijeron que ni enterados o que se enteraron hasta que salió en las noticias; otros dijeron que habrá llegado en avión porque ni lo vieron entrar. "Lo metieron con esa maquinota", dijo y se río la vendedora de la Tortillería La Refinería sobre la grúa de 60 metros estacionada frente a la Puerta 2.

Con sus 33 grados de sol a plomo, Paraíso siguió con su caos tan cotidiano que ya lleva tres años. Los kilómetros de overoles naranjas rumbo a la obra o inmóviles en los cajeros. Los peatones compitiendo contra puestos de lentes, plátanos y chancletas por las banquetas, jugándose la vida para cruzar la calle. Los mototaxis rayando el silencio a toda hora. Trescientas motos entraron día y noche a la casa de Rosa Wilson a estacionarse en el patio, la sala, el jardín y debajo de los platanares. "Yo creo que un año más sigue este negocio, pero los primos quieren vender la mitad de la casa porque es su herencia", dijo.

Un año, un año y meses, hasta tres años. No hay certeza entre los obreros de cuándo va a terminar la obra. "Ayer fue nada más la inauguración de la primera etapa, pero eso no significa nada realmente", señaló el mototaxista Javier Segura en la Puerta 1, a...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR