En las redes de los criminales

AutorMariana Morales

LA LÍNEA, Arriaga, Chiapas.- "Nosotros le hicimos daño al mar porque pescamos de más. Pensamos que el camarón nunca acabaría, pero un día terminó. Los jóvenes pensaron que al crecer serían pescadores y tendrían su dinero, dejaron de estudiar y, cuando se adentraron, ya no encontraron nada... fue cuando la cultura cambió; se fueron a lo ilícito".

Frente a unas lanchas viejas varadas en un charco de agua oscura, habla Víctor -el nombre ha sido cambiado-, un legendario pescador que escupe la culpa de por qué los 600 hombres de esta comunidad, en el Municipio de Arriaga, dejaron de navegar en el estero que los arrojaba al mar para atrapar camarones que surtían a los consumidores de Chiapas.

Hace una década, cuando andaban con sus mujeres en la pesca, se notó en el agua un mal augurio: había pocos animales. Fue cuando cayó la desgracia, las cubetas empezaron a guardar 3 kilos de camarón que equivalían a un jornal de 75 pesos al día, 40 veces menos que lo que se ganaba antes. Esa realidad persiste y, desde hace 10 años, en La Línea los hombres ya no quisieron ser pescadores.

La gente no se quedó callada y repartió culpas. Hubo quienes señalaron a los que pescaron donde ya no se debía; otros, acusaron a la Sepesca de llevarse el dinero para el mantenimiento de las lanchas; las mujeres enterraron cuatro horcones, le encimaron una lámina e inauguraron la modesta cooperativa "Flor de Mangle".

Los más optimistas, como Víctor, quien coincide con algunas de esas conclusiones, sienten que algo bueno regresará al mar, nuevos animales o algo que dé para sobrevivir una vez más.

La Sepesca y el Gobierno de Chiapas tampoco han hecho mucho para remediar la situación: olvidaron a los hombres del mar, desde no darles apoyos para el mantenimiento de sus lanchas y motores hasta descuidar el ordenamiento pesquero.

El principal descuido fue hacia las herramientas de pesca, indispensables para navegar poco más de una hora por el estero a fin de llegar al mar.

Entre más navegan más aumenta la capacidad de captura, pues en esa parte no se ve sobreexplotación, explica Sandra Urania Moreno Andrade profesora-investigadora del Instituto de Ciencias Biológicas de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas (UNICACH).

SE LOS LLEVA EL CÁRTEL

La mañana del 20 de julio de 2018, una mujer de piel oscura, originaria de Tonalá, se acercó a los abogados del Centro de Derechos Humanos Digna Ochoa, ubicado en el mismo municipio.

Afligida, contó que su hijo de 35 años, acompañado de otros dos, de 28 y 20 años, habían desaparecido al pisar la tierra de la pesquería Boca del Cielo...

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