Recuerdan con arte a asesinada

AutorLaura Castellanos

Cuando hace unos días, la artista Silvia Parra se enteró de que el cadáver de la joven que apareció el 4 de abril amarrado y carbonizado en la carretera federal México-Cuernavaca sería enterrado en una fosa común, decidió, por segunda vez, organizar una vigilia artística en el lugar de los hechos.

En la primera, realizada el 16 de abril, sólo dos amigos acudieron. Localizaron el árbol, colgaron un vestido de colores, amarraron flores y colocaron junto al tronco piedras pintadas de rosa mexicano con la leyenda: Ni una muerta más”.

“Y lloré”, dice Parra.

Hace ya más de dos meses, la también compositora caminaba por una calle de Cuernavaca, cuando la portada de un diario captó su mirada. Bajo el titular “Macabro hallazgo”, había una fotografía que la estremeció.

“En la foto”, describe, “aparece el cuerpo de la mujer carbonizado, desnudo, con el rostro destruido, las piernas separadas, amarrado a un árbol. Me movió todos los cimientos”.

Los periódicos locales señalaban que el “macabro hallazgo” había sido reportado anónimamente al amanecer del 4 de abril en el kilómetro 56 (luego se rectificaría que fue en el 55) de la carretera federal México- Cuernavaca, en los alrededores del poblado Tres Marías, municipio de Huitzilac.

Parra, nacida en Mazatlán en 1965 y egresada del New College de San Francisco con una maestría en “Espiritualidad de las mujeres”, decidió poner en práctica su método “artivista”, uniendo sinérgicamente el arte con el activismo.

Convocó entonces a sus amigos para que la joven, de la que sólo trascendió que podría haber tenido entre 18 y 22 años de edad, fuera recordada.

No quería que nos...

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