Rebanadas / Entre sake y delicias niponas

AutorCony Delantal

Cuando un restaurante logra una cocina igual de buena en cada sucursal, lo pensamos de inmediato para disfrutar de un rato placentero. Es el caso de Tori Tori, que con el paso del tiempo sigue regalando una grata experiencia en cada visita.

En esta ocasión, mi hija y yo nos encontramos en San Ángel para deleitarnos con su propuesta de cocina japonesa. Este espacio se encuentra en la parte alta de Altavista 147, una plaza que me gusta porque es súper tranquila y hasta puedes darte un gustito en alguna de sus pocas, pero lujosas, tiendas.

Para arrancar el festín entre madre e hija, ordenamos una garrafa de sake semi seco Kubota Senyu ($600). Llega en una de esas pequeñas jarras con un hueco al centro para que éste se enfríe.

Si han visitado Tori Tori, sabrán que el menú es extenso, así que nunca es fácil elegir. Si no han ido y tienen alguna celebración en puerta, les recomiendo lo hagan, su cocina es francamente deliciosa.

De las entradas elegimos ostiones empanizados ($190), dos piezas que únicamente se acompañan con limón amarillo y se cubren con panko. Este ingrediente, también conocido como pan rallado japonés, les da una textura súper crujiente. Después de esta deliciosa entrada, probamos el tempura de camarón ($360).

El modo de preparación, tan usado para frituras japonesas con mariscos o verduras, hace que los camarones sean todo un espectáculo. Además, como la masa era ligerita, no nos sentimos tan culpables, así que nos atrevimos a ordenar los dumplings mixtos ($220), que son siempre apuesta segura. Los de pollo me parecieron cumplidores, pero los de camarón estaban para repetir.

El sabor del fresco crustáceo y la masa suave del dumpling se unen en una armonía deleitable. Del apartado de sashimis, no pudimos resistirnos al de huachinango ($380), un plato sencillo y fresco, que disfrutamos entre pruebita y pruebita de sake.

Cerramos con un delicioso sushi battera de salmón ($320), de tamaño considerable y fascinante sabor. El salmón, prensado en battera de arroz, se corta en seis piezas de forma rectangular y se acompaña con un poquitito de salsa de soya para redondear.

El nivel de la comida es indiscutible, siguen llegando a la mesa platillos riquísimos que se disfrutan en un cálido entorno. Yo pasé una tarde extraordinaria gracias a la compañía de mi querida hija y al despliegue de platillos que apapachan.

El único detalle que no me encantó fue que los meseros recogían...

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