Rebanadas / El que espera, desespera

AutorCony Delantal

El hotel Presidente InterContinental tuvo la idea de reunir en un jardín la oferta gastronómica de sus restaurantes: Chapulín, Alfredo di Roma, The Palm, Au Pied de Cochon y Café Urbano.

La iniciativa me parece buena, pues los comensales buscamos espacios abiertos para disfrutar en familia y este proyecto, llamado Bosque Gourmet, se antoja.

Lástima que la ejecución fuera catastrófica. Resulta que, aunque yo había reservado, pero al llegar me dijeron que no había mesa y tendría que esperar cerca de dos horas.

A una familia, que arribó minutos después, con un adulto mayor que no podía caminar fácilmente, le dijeron lo mismo y no fueron ni para acercarle una silla al pobre hombre. La esposa, enfadada, sugirió irse al momento. Tendrían que poner muchísima más atención en el manejo del lugar.

Como yo tampoco pensaba quedarme ahí dos horas, decidí subir a Alfredo di Roma y comer sin tener que esperar ni un minuto más.

Ya ahí, la cosa cambió. Cabe destacar la cálida atención de los meseros y los años que, luego de la remodelación, le quitaron de encima a este espacio. Ahora es más moderno, enmarcado en madera, y tiene una pequeña terraza poblada de vegetación. Al lugar continúan acudiendo familias en busca de la mejor cocina italiana.

Con una cazuela de frutos del mar ($340) olvidamos el desaguisado que vivimos en Bosque Gourmet. Suculentos mejillones, almejas y camarones, con un toque de chile de árbol, nos dibujaron una gran sonrisa.

Una salsa, de textura ligeramente espesa, abrazaba cada uno de los ingredientes ricos y frescos que conforman este primer tiempo. De suavidad impresionante me parecieron los mariscos, que siempre son un agasajo para el paladar.

Como fuerte, optamos por la especialidad del lugar: pasta hecha en casa. Yo elegí ravioles de carne de res y espinaca ($270), y no me equivoqué. Están hechos con una pasta delgada, para darles un extraordinario toque, se bañan con boscaiola, salsa cremosa típica de la cocina italiana.

El tagliolini piccanti ($295) fue la elección de mi querido. Tenía antojo de fideos con un poquito de chile y los que hacen en Alfredo di Roma, con calabacita, jitomate cherry y chile de árbol, le resultaron muy ricos.

Como postre comimos unos pequeños chocolates semi amargos, cortesía del chef...

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