Rafael Rojas y la revolución mexicana. Viva, la herencia social en América Latina

AutorJudith Amador Tello

La tradición e idearios de las revoluciones de América Latina y el Caribe del siglo XX siguen siendo referente porque no han tenido cumplimiento pleno las demandas de justicia social, equidad, distribución equitativa del ingreso o soberanía nacional, demandas a las cuales se añaden ahora los llamados derechos de tercera y cuarta generación.

Así lo considera el doctor en historia Rafael Rojas, profesor e investigador del Centro de Estudios Históricos de El Colegio de México (Colmex), quien acaba de publicar en la editorial Turner El árbol de las revoluciones. Ideas y poder en América Latina. Un volumen de 302 páginas en las cuales el también miembro de la Academia Mexicana de la Historia, nacido en 1965 en Santa Clara, Cuba, y arraigado en nuestro país hace años, aborda 10 revoluciones latinoamericanas:

Mexicana, de 1910 a 1940; nicaragüense, de los años veinte; cubana, de los treinta; el varguismo brasileño (años treinta); peronismo argentino (desde 1943); guatemalteca, de 1944 a 1954; boliviana, de 1952; cubana, de los sesenta; chilena, de 1970 a 1973; y la sandinista, que triunfó en 1979. Y analiza la influencia que la primera tuvo en las nueve restantes. No como el tronco del "árbol" que da título a su libro, pero sí porque el constitucionalismo y preceptos emanados de éste fueron la pauta de las que le siguieron.

Vía telefónica, el autor de varios títulos relativos al tema de la revolución relata a Proceso que empezó hace ya varios años con este proyecto de investigación, cuyo resultado fueron dos volúmenes: el primero, La epopeya del sentido, publicado por el Colmex, "es una historia de cómo van evolucionando y entrando en contradicción las distintas maneras de pensar y proyectar la idea de revolución en planes, programas y proyectos políticos dentro de la Revolución mexicana".

Expone ahí, por ejemplo, la de los maderistas en el Plan de San Luis, los zapa-tistas en el Plan de Ayala, la Convención de Aguascalientes y posteriormente la del Congreso de Querétaro. Y rastreó su concepto en la esfera pública y los parlamentarios constitucionales, hasta llegar al cardenismo. Este primer estudio termina en 1940.

Pero continuó y se extendió hasta la Revolución sandinista de 1979, pasando por las otro ocho revoluciones que incluyen "dos grandes proyectos del populismo clásico: el peronismo (Juan Domingo Perón) y el varguismo (Getulio Vargas)".

Y está vinculado a investigaciones anteriores, relacionadas también con conceptos; el primero fue sobre la República en la primera etapa del siglo XIX, con el libro Las repúblicas de aire. Utopía y desencanto en la Revolución de Hispanoamérica, en 2010. Y el siguiente fue la pugna entre liberales y conservadores en América Latina y el Caribe en la segunda mitad del XIX, con el libro Los derechos del alma. Ensayos sobre la querella liberal-conservadora en Hispanoamérica, de 2014.

Sigo el eje de las disputas públicas, eligiendo una palabra o concepto que las articula... Y en estos dos últimos libros trato de demostrar por qué la revolución -es lo que sostengo- es el concepto central de la cultura política latinoamericana y caribeña del siglo XX.

-Lo plantea a partir de la...

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