Entre racionalismo, nacionalismo, masonería, laicismo, positivismo, socialismo y anarquismo. Las mil almas del anticlericalismo italiano en la segunda mitad del siglo xix

AutorMaurizio Russo
Cargo del AutorUniversidad Nacional de El Salvador
Páginas417-432
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El término anticlericalismo sirve para indicar una fuerte reacción, en el
ámbito político, a la presencia y a la iniciativa religiosa en la sociedad.
No se trata de un cuerpo doctrinal alternativo al catolicismo, y nunca
fue esa su razón principal. Está claramente relacionado con el proble-
ma, el nacimiento y el desarrollo del laicismo y la idea de construir una
sociedad laica sin la presencia o la injerencia de la Iglesia, sobre todo
en los ámbitos de la política, de la justicia y de la educación. Se trata,
empero, de una tendencia cultural y política que comienza mucho an-
tes del laicismo, antes de concretarse como posición ideológica fuerte,
sin reivindicarse como anticlerical. Una posición idealizada que no
quiere la influencia de la moral religiosa y de sus dogmas en la socie-
dad. El término se completa en su antinonimo especular clericalismo.
Clericalismo y anticlericalismo han sido a lo largo de la historia motivo
de violenta confrontación no sólo política sino también moral y social,
con parejas tensiones en el seno de la conciencia individual.
En síntesis, el anticlericalismo se puede considerar como el conjunto
de doctrinas, ideologías, corrientes de pensamientos (culturales, filosófi-
cas y políticas) que manifiestan, de manera más o menos fuerte, una aver-
sión para el clero, y sobre todo para sus injerencias en el campo político y
social. Esta tendencia existe también en la antigüedad, manifestándose
sobre todo bajo la forma de una crítica al poder y a los privilegios de
la casta sacerdotal.
Maurizio Russo*
Entre racionalismo, nacionalismo, masonería,
laicismo, positivismo, socialismo y anarquismo.
Las mil almas del anticlericalismo italiano
en la segunda mitad del siglo XIX
*Universidad Nacional de El Salvador. Quiero agradecer a la licenciada Marta Cea Flores por
su ayuda siempre tan amable y fundamental.
Maurizio Russo
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Es cierto que la utilización actual del término lo identifica más con
la reacción en contra del poder eclesiástico de la Iglesia, relacionado
al desarrollo del cristianismo en Occidente, en especial desde la época
medieval. En la Iglesia católica una estructura organizada de sacerdotes
comienza a formarse en el siglo III, pero la distinción entre clero y lai-
cos se formaliza sólo en la época de Gregorio VII, con la consolidación
del poder temporal eclesiástico. En el bajo medievo el clero asumió
muchas competencias de naturaleza jurídica, administrativa y política.
La acumulación de estos poderes provocó una reacción en contra de la
presencia de clérigos en la vida social y política, que era considerada
excesiva. En esta perspectiva se pueden entonces señalar las raíces me-
dievales del anticlericalismo, como lo explica Julio Caro Baroja. La idea
según la cual “la religión católica es buena, bella y verdadera, pero los
que la sirven son malos, mentirosos y de fea conducta”1 sintetiza bien
este tipo de desconfianza hacia los eclesiásticos y su poder. Se trataba
de un anticlericalismo que tenía como objetivo principal “la estratifica-
ción social dentro de la Iglesia y las costumbres del clero”.2
Anticlericalismo y ateísmo son muchas veces asociados, pero es
un error confundirlos porque el anticlericalismo no es el rechazo de la
religión. De hecho, dentro del concepto común del anticlericalismo hay
tanto cristianos que ambicionan una purificación de la religión de sus
compromisos terrenales como agnósticos y ateos que atacan la tradición
confesional. En la época de la reforma protestante la reacción en contra
de los privilegios clericales se manifestó con la necesidad de regresar a
una Iglesia no contaminada por las exigencias mundanas y con la conde-
nación de todas las actividades no espirituales de los clérigos. Los huma-
nistas elaboraron críticas parecidas sobre varias prácticas consideradas
contrarias al espíritu cristiano, como la venta de las indulgencias.
Esta herencia crítica fue retomada en los siglos XVII y XVIII, llegando
a su apogeo en el periodo del iluminismo, cuando el clero es muchas
veces identificado con la fuente de los males de la humanidad. En el
periodo de la Ilustración la reflexión filosófica coincide con una crítica
1Julio Caro Baroja, Introducción a una historia contemporánea del anticlericalismo español,
Madrid, Istmo, 1980, p. 16.
2José María Díaz Mozaz, Sociología del anticlericalismo, Madrid, 1976, p. 55.

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