Quo vadis Venezuela: de la Democracia Delegativa al Autoritarismo del siglo xxi
Autor | Armando Chaguaceda - María Isabel Puerta |
Páginas | 175-202 |
Revista Mexicana de Análisis Político y Administración Pública
Departamento de Gestión Pública y Departamento de Estudios Políticos y de Gobierno
Volumen IV, número , enero-junio
Pp. -
Revista Mexicana de Análisis Político y Administración Pública. Universidad de Guanajuato.
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QUO VA DIS VENEZUELA: DE LA DEMOCRACIA DELEGATIVA
AL AUTORITARISMO DEL SIGLO XXI
Quo vadis Venezuela: from Delegative Democracy to Authoritarianism
of the 21st Century
Armando Chaguaceda y María Isabel Puerta
Resumen
Este texto pretende, a partir del abordaje de
un caso particular (el venezolano) analizar al-
gunas de las c aracterísticas que denen la De-
mocracia Delegativa en ta nto modo de conce-
bir el acceso, ejercicio y nes del poder público
y los recursos estatales, así como exponer las
modalidades y c onsecuencias de su deriva a un
régimen político abiertamente autoritario en
la Venezuela actual.
Palabras clave: Venezuela, régimen político,
Democracia Delegativa , autoritarismo, Estado.
Summar y
is paper attempts to analyze, from the ap-
proach of a pa rticular case (Venezuela) some
of the characteristics that dene Delegative
Democracy as a mode of conceiving access,
exercise a nd purposes of government and sta-
te resources, as well as exposing the modali-
ties and consequences stemming from the
openly authoritarian politica l regime in Vene-
zuela today.
Key word s: Venezuela, political re gime, De-
legative Democracy, authoritaria nism, State.
:
Durante las últimas dos décadas y media del siglo , la transición desde regímenes
autoritarios a otros más o menos democráticos —acaecida a través de sucesivas olas—
generó una abundante bibliografía y reexión académica s. Sin embargo, este fenómeno
no transcurrió en solitario, pues se ha visto ac ompañado, sobre todo a partir de los años
noventa de la pasada centuria, por la pérdida de calidad de algunos regímenes demo-
cráticos o la franca deriva de otros a diversas modalidades de autoritarismo. De este
modo, lejos de aparecer como fases sucesivas que todo país atravesaría dentro del desa-
Fecha de recepción: de ago sto de
Fecha de aceptación: de m arzo de
* L os autores hacen público su agradec imiento a aquellos colegas que, en foros, interc ambios personales y
ante versiones previa s del presente texto, aport aron sus ideas, obse rvaciones y sugerenci as. A Alberto J.
Olvera, Aníb al Pérez-Liñan, Gabriela Ippolito O’Donnell, Héc tor Briceño, Luis Gómez Calcaño, Ma x
Cameron, Miguel A . Martínez Meucci, Philipp Sc hmitter y Steven Levitsky, entre otros . También a los
dictamin adores anónimos, por sus precisa s y sugerentes observaciones.
Revista Mexicana de Análisis Político y Administración Pública. Universidad de Guanajuato. Volumen IV, número 1, enero-junio 2015
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rrollo político global, democracia y autoritarismo, en sus disímiles expresiones y grados,
constituyen modos alternativos de concebir y estructurar la vida política, dotados de
notables niveles de vitalidad y beligerancia en el mundo actual.
Tomando la primera de estas nociones (democracia) la reexión que anima el texto la
concibe, en un sentido amplio, como la conjunción de un ideal normativo, un proceso
socio-histórico y un régimen político —suma de va lores, práctica s y reglas institucionali-
zados— que garantiz an y hacen efectivos los derechos, la participación y la representación
ciudadanos en un contexto especico (Chag uaceda, ). Desde una mirada más cercana
a sus expresiones legales-institucionales, la democracia supone la vigencia (y efectividad)
del sufragio universal, la realización de elecciones competitivas, así como la existencia de
mecanismos de control institucional, legal y social sobre los poderes públicos. En tanto
constructo social desarrollado —y analizable— bajo una perspectiva de largo aliento,
plural y abierta a las contingencias (Whitehead, :); la democracia contemporánea
reúne tanto las conquistas y demanda s orientadas a la mayor equidad y participación en
los asuntos públicos, como a la mejor calidad de la representación y deliberación políti-
cas. Lo que supone considerar al Estado —en tanto complejo de relaciones y espacios
institucionalizados orientado al ma ntenimiento y reproducción de la dominación política
y la administración pública en un contexto social y territorial especíco— un elemento
relevante para el desarrollo, estancamiento o retroceso de la democracia.
A partir de esas coordenadas generales en torno al fenómeno democrático, nos acer-
caremos a uno de los conceptos cimeros de la politología latinoamericana, acuñado a
nes del pasado siglo por Guillermo O’Donnell y desarrollado por varios autores
de la región (Osvaldo Iazetta, Hugo Quiroga, Gabriela Ippolito, Alberto Olvera) para
analizar las problemáticas de nuestras naciones: la Democracia Delegativa. “Aparecida”
como resultado no previsto de décits de las transiciones a la democracia —en espe-
cial la crisis o desprestigio de los partidos y el descontento ciudadano respecto a sus
instituciones y elites políticas— y su empalme con diversos procesos socioeconómicos
—ligada a la aplicación de agendas neoliberales que conllevaron un incremento de la
pobreza y la desigualdad — la Democracia Delegativa germinó en un terreno fertilizado
por añejos legados autoritarios (en la cultura política de vastos segmentos poblacionales)
El énfasis en lo pa rticipativo ha llevado, desde la d écada de , al desarrollo de un c ampo de estudios
que aborda el fenómeno de la lla mada democracia participativa (el cual, en algu nos casos, incluye las e xpe-
riencias de democrac ia directa), en tanto conjunto de meca nismos, práctica s, discursos y represent aciones
sobre la democracia en cuyo s eno la participación adquiere c entralidad, contenidos su stantivos y vocación
normativa. Dicha democ racia participativa supone el involucramiento activo y plura l de la ciudadaní a
(como individuos y colectiv idades) en el control de las instituciones e statales y partida rias, el desarrollo,
ejecución y evaluac ión de las políticas públ icas, y en diversa s formas de incidencia de la sociedad civil.
Y posee genealog ías y manifestaciones empír icas diversas; se concreta e n formas especícas —i nstancias
locales cómo los con sejos y mecanismos de d emocracia direct a como el referéndum y el plebiscito — y
forma parte, con d isímil grado de inserción, de los reg ímenes democráticos realmente existentes.
En relación con lo anterior —y p ese a que factores socioeconómicos (des arrollo, equidad y movilida d socia-
les) son elementos importantes p ara la concreción de cualqu ier noción sustantiva de democr acia— en el pre-
sente texto, a part ir de la estrecha relación con el ma rco analítico selecciona do, el foco recae sobre aquellos
factores direc tamente relacionados con el componente polític o e institucional del fenómeno democrát ico.
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