¿De qué dependemos?

AutorRecopilación y entrevistas: Martha Martínez, Carole Simonnet, Andro Aguilar y Octavio Ortega

A 203 años del Grito de Independencia, las libertades de los mexicanos están limitadas por factores externos e internos. El libre albedrío nacional está subordinado a la economía estadounidense, a las remesas de los mexicanos que viven en el extranjero, al suministro de alimentos del exterior... Las directrices de gobierno recaen en una clase política desvinculada de la sociedad, aunque también son dictadas por un duopolio televisivo, por bancos extranjeros, por un magnate, por empresas privadas dominantes o monopolios estatales. La libertad de tránsito no se ejerce a plenitud, debido al control de territorios y rutas por parte de grupos delincuenciales, o por el bloqueo, el plantón o la marcha del día. La educación pública se controla desde una cúpula sindical y la fe desde jerarquías religiosas. Incluso, en materia de entretenimiento, arte y cultura, la preeminencia de grandes corporativos constriñe la diversidad... Estas son 15 cosas de las que dependemos los mexicanos.

... De la economía estadounidense

Porque no hicimos nuestra tarea histórica. México, recién independizado, tenía cierta igualdad, con la incipiente economía de Estados Unidos. A mediados del siglo XIX, en aquel país se inicia un capitalismo expansivo, capitaneado por hombres con mucha visión y gobiernos muy complacientes, que lograron crear una infraestructura en ferrocarriles, comunicaciones e industrias de gran soporte, como la acerera, y a su vez con un proyecto energético con el petróleo y una estructura financiera que los hizo una gran potencia económica. Esto llevó a un expansionismo incluso territorial, en donde México es el más afectado.

México seguía buscando consolidar su independencia pero sin proyecto de largo plazo. Con la dictadura de principios del siglo XX, se intentó cambiar el posicionamiento de México. Sin embargo, no se tenían las bases educativas ni financieras por lo que se desata el desastre social que lleva al país a una revolución, mientras que Estados Unidos, con impulsos en tecnología y en educación, se convierte en la gran potencia del mundo y consolida su hegemonía en la primera y segunda guerra mundiales.

A principios del siglo XIX la economía norteamericana era 2.5 veces la mexicana, a principios del XX era 20 veces más grande. Para finales del siglo XX de 11 veces.

Este desbalance genera una dependencia económica de tal nivel que somos una economía de periferia para Estados Unidos, incrementada por un proceso de globalización, la vecindad la convierte en una aspiradora de la producción mexicana y domina la inversión y el turismo. Esto limita alcanzar una diversificación equilibrada en el ámbito mundial.

Los mexicanos podemos neutralizar algunos elementos negativos si potenciamos nuestro desarrollo con las ventajas que ofrece ser una economía de periferia, sin perder nuestra soberanía y estructura cultural.

Julio A. Millán.

Presidente de Grupo Coraza Corporación Azteca.

... del alimento de otros

Importamos alimentos porque perdimos la capacidad de producirlos internamente tanto para satisfacer las demandas del mercado como en el rubro de autoconsumo.

Durante la época prehispánica, los tres siglos de la Colonia, el turbulento periodo independiente y muy entrada la posrevolución, el país logró ser autosuficiente, además de aportar una buena cantidad de productos al entorno mundial.

A principios de los setenta, Estados Unidos emergió como una gran potencia agrícola y comenzó a canalizar sus excedentes al mercado mundial mediante una estrategia de abaratamiento de los precios de granos básicos y apoyado en un elevado subsidio a su agricultura.

Lejos de fortalecer su agricultura, México buscó aprovechar la burbuja de los precios internacionales bajos, se orientó a comprar granos en el mercado internacional y a apoyar cultivos comerciales para la exportación como las frutas y las hortalizas; de esta manera se desalentó el crédito, los precios internos no compensaron los costos y la asistencia técnica y la comercialización de los básicos casi se nulificaron.

Con la apertura comercial no se logró recuperar la capacidad de respuesta a las demandas del consumo interno. Actualmente, importamos cerca del 40 por ciento de los alimentos que consumimos, alrededor del 80 por ciento proviene de Estados Unidos y el punto neurálgico son los granos como el maíz, pero también somos dependientes en leche, carne y oleaginosas.

Las posibilidades de recuperación son lejanas porque no fluyen las inversiones al campo, el capital humano prácticamente ha desaparecido ante las migraciones y la violencia y el alza de los precios internacionales repercute cada vez más en las condiciones alimentarias y nutricionales de la población, principalmente entre la que gana entre uno y dos salarios mínimos, que es casi la mitad de los mexicanos.

Felipe Torres Torres.

Investigador Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM.

... de las remesas de los migrantes

Las remesas son el factor más importante para salir de la pobreza extrema de las familias de los migrantes, son la segunda fuente de divisas de la economía nacional después del petróleo. México es, después de India y Filipinas, el país que recibe el volumen más importante de las mismas en el mundo.

En los estados más pobres, como Guerrero, Oaxaca y Chiapas, sirven para los gastos más básicos de alimentación y educación de miles de mexicanos. De no contar con ellas, los gobiernos estatales tendrían que invertir mayores recursos en la atención a la pobreza. Un cambio significativo en el volumen de las remesas sería colocar a las familias de los migrantes en un estado tan precario de necesidad vital que los forzaría a decisiones irracionales que podrían implicar el uso de la violencia.

Durante los años de la crisis económica de 2007 a 2009, se registró una disminución de más de 2 mil millones de dólares en remesas, las cuales pasaron de 23 mil millones de dólares en 2007 a 21 mil millones en 2009, sin embargo hasta ahora no hay datos que reflejen una consecuencia muy grave respecto de esta disminución. A pesar de su declive, siguen siendo una cantidad muy...

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