A punto de reabrirse, el Frontón México arrastra su viejo conflicto laboral

AutorRaúl Ochoa

La rehabilitación del Frontón México, el emblemático "palacio de la pelota" de la Ciudad de México, que permaneció en el abandono durante dos décadas, está prácticamente finalizada. Su reapertura está próxima, pero la fecha exacta es una incógnita. El motivo es que aún no se resuelve el litigio emanado de la huelga declarada en octubre de 1996.

Cada vez más extrabajadores -o, en su caso, esposas, viudas e hijos de los agraviados- se han sumado al paro laboral. Tan sólo en el último año, el registro de exempleados del frontón se multiplicó por 11, al pasar de cinco a 55. Entre ellos se destacan 15 pelotaris, quienes también exigen indemnizaciones porque formaban parte de la nómina. De igual manera, la cifra de los abogados defensores va al alza: los últimos meses el equipo pasó de uno a seis litigantes.

El pasado lunes 15 se llevó a cabo una audiencia ante la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje (JFCA) por el expediente laboral 111-3828/96. Ya terminó el desahogo de pruebas y alegatos, así que esta instancia se prepara a emitir un laudo, que deberá llegar en un lapso de tres a cuatro meses.

Como sea, los demandantes reclaman una remuneración total de 400 millones de pesos, a diferencia de los cinco millones que hasta hace unos meses exigía cada uno de los cinco exempleados reconocidos -hasta entonces- por la JFCA.

Los actores

El tiempo transcurre sin que los agraviados vean recompensados sus años de labores en el frontón del empresario Antonio Cosío, también propietario de la Plaza de Toros México y del Estadio Azul.

El conflicto en cuestión tiene otros implicados. Uno de los principales es el Gobierno del Distrito Federal, que contribuyó con una parte de los 50 millones de dólares invertidos en la restauración del inmueble, según reveló en diciembre de 2015 el secretario de Desarrollo Económico de la Ciudad de México, Salomón Chertorivski. Otros son la delegación Cuauhtémoc y el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), que autorizaron las obras de remodelación y restauración, permitieron que la empresa construyera una extensa pared y dejaron que irregularmente colocara estructuras en la azotea del recinto. El asunto también salpica a la Secretaría de Gobernación -por no haber suspendido la licencia para operar del Frontón México.

Otro implicado central es el senador priista Isaías González Cuevas, secretario general de la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos (CROC), que no defendió a los trabajadores. Él, en su carácter de secretario general de la Unión Nacional de Trabajadores de la Industria Alimenticia...

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