PULSO ECONÓMICO / La política monetaria

AutorJonathan Heath

Hace unos días observamos el vigésimo aniversario luctuoso de Donaldo Colosio, cuya muerte ocurrió justo nueve días antes de que iniciara la autonomía del Banco de México. El resultado fue que en su primer mes de independencia, el banco central tuvo que lidiar con la mayor salida de capitales en la historia ante un régimen cambiario inflexible. Al mismo tiempo, el entonces Secretario de Hacienda cambió la definición del balance fiscal para omitir la intermediación financiera y así ocultar un incremento sustancial en el déficit público. Las autoridades monetarias terminaron por financiar la expansión del gasto al trasladar recursos financieros de sus fondos al Gobierno. Entre los acontecimientos económicos y los políticos, México vivió una época de inestabilidad y vulnerabilidad que terminó en una magna devaluación y uno de los años más oscuros de nuestra historia económica reciente.

Así empezó el Banco de México, y la política monetaria, su emancipación del Gobierno federal y de la política fiscal. Entre tropiezos, dudosa autonomía y una inflación que se fue de 7.0 por ciento a 52.0 por ciento en sus primeros 21 meses, las autoridades monetarias tuvieron que sentar cabeza, sacar la casta y mostrar a la sociedad que la autonomía era una buena decisión. Lo primero fue librarse del miedo a la flotación, que aunque hoy parece una decisión trivial, fue traumático en su momento. La mayoría de los funcionarios del Gobierno federal y muchos dentro del propio Banco pensaban que resultaría en una volatilidad incontrolable. Sin embargo, a la postre resultó ser una de las mejores decisiones que se pudiera haber tomado.

Lo segundo fue construir una política monetaria funcional, que no sólo lograra revertir la tendencia alcista en la inflación, sino que funcionara en un ambiente hostil. Hay que recordar que la economía creció en promedio por arriba de 5.0 por ciento en los siguientes 5 años (de 1996 a 2000), por lo que seguramente había una brecha de producción positiva. Sin embargo, el Banco logró reducir la inflación de 52.0 por ciento a 9.0 por ciento en el mismo periodo. Sin lugar a dudas, este esfuerzo le dio credibilidad y esperanza de que México podría ser un país estable. Esta primera etapa fue reconocida por las agencias calificadoras, que en ese momento nos dieron la primera calificación de riesgo-país ya en la zona de grado de inversión.

El momento fue propicio para el cambio de sexenio y el inicio de una nueva etapa democrática...

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