Proyecto Familia / Aprende las lecciones que te enseña la crisis

Alejandro Ortega Trillo

"La adversidad descubre al alma luces que la prosperidad no llega a percibir".

Lacordaire

Este año ha sido el año de las crisis. Un año de sobresaltos económicos, financieros, políticos y de salud con repercusiones muy palpables en la mesa y en el bolsillo.

Por eso, todos esperamos un 2010, si no bueno, sí menos malo. Pero esta esperanza para ser fundada necesita de un aprendizaje.

Jesús nació en medio de una crisis: "No había sitio para ellos en el alojamiento". Su crisis la salvó una gruta; y en la gruta, un destartalado pesebre. Tal vez este elemento navideño, de segundo plano pero importantísimo, nos ayude a sacar algunas lecciones de la crisis.

Las crisis ponen a prueba...

  1. La paciencia. Porque es lo primero que queremos: que se acabe pronto. El pesebre llegó a la gruta después de muchas vicisitudes y una larga espera.

    Ignoro cómo serían los pesebres de entonces. Hoy, a la usanza en muchos ranchos, no se llega a ser pesebre sin haber sido primero tambo de basura; sin ser golpeado y maltratado; sin ser pasado por la sierra y partido a la mitad.

    Es verdad: el pesebre de Belén tuvo la fortuna de estar en una gruta a la que el mismo Dios llegó para nacer. La paciencia es el arte de esperar.

  2. Nuestra resistencia. Las crisis demandan fortaleza. Si no nos quiebran, salimos de ellas más fuertes.

    El pesebre tuvo que soportar un peso no previsto. Estaba muy acostumbrado a la ligereza de la paja, cuando de pronto sintió el peso del Niño Dios. Pero aguantó. Sabía, en el fondo, que un poco de tensión es muy saludable.

    Las crisis, afrontadas con valor, robustecen fibras ocultas de nuestra personalidad que, de otro modo, quedarían atrofiadas.

  3. La prudencia. No es fácil saber qué hacer, qué decir, cómo comportarse.

    El pesebre se mantuvo silencioso. No podía resolver todos los problemas de José y María. Hizo lo único que podía en aquellas circunstancias: convertirse en una improvisada cuna. Y acertó. José y María no esperaban más de él.

    Mucho ayuda en momentos difíciles quien calla, observa y ofrece con sencillez una verdadera solución.

  4. La generosidad. En tiempos de crisis es fácil hacerse la víctima y encerrarse. Pero una crisis no es motivo para olvidar a los demás.

    El pesebre, para ser útil, tuvo primero que abrir un espacio dentro de sí. Se vació de todo lo que no fuera necesario para recibir al Niño. Cuando la escasez aprieta, hay que ser capaces de despojarnos para dar cabida a los demás.

  5. La humildad. Cuando María y...

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