Profundo asombro

AutorAlessandro Triacca

Enviado

MAR MUERTO, Jordania.- Aunque el cielo se mira tan lejano como de costumbre, la realidad es que nunca había estado tan distante de él: a 415 metros bajo el nivel del mar, toco el punto más profundo de la Tierra.

La inusual belleza del Mar Muerto se conjetura desde el trayecto, mientras el auto desciende por una carretera escarpada que me permite ver de forma intermitente, en cada curva, el cuerpo de agua, terso y azulado, que refleja con intensidad los rayos de un sol implacable.

Hay que detenerse en un recodo del camino para observar el panorama. Durante varios minutos me dejo seducir por el silencio y los destellos multicolores que se desprenden del agua, la misma que parecía tan improbable hacía unos instantes, cuando los tonos rojizos del semidesierto jordano lo dominaban todo.

Al aguzar la mirada, descubro la otra orilla que rompe la ilusión de infinito. En esta tierra de sorpresas no resulta extraño comprobar que el Mar Muerto es un lago, y lo que veo frente a mí son las costas de Israel y Cisjordania.

Omar, nuestro experimentado guía, explica que el lago se prolonga aproximadamente 60 kilómetros de norte a sur, y alcanza hasta 18 kilómetros de ancho en su punto más amplio.

El trayecto continúa cuesta abajo por la carretera 65, que recorre prácticamente toda Jordania por su extremo occidental. Omar dice que esta vía ya era empleada por los romanos, hace casi dos mil años, aunque el dato palidece ante la edad misma del Mar Muerto, que se calcula en 3 millones de años.

Al llegar hasta el camino que bordea la orilla noreste del lago, lo primero que salta a la vista es la fastuosidad de los complejos turísticos: grandes resorts, hoteles y spas que invitan a los huéspedes a no abandonar sus lujosas instalaciones: tampoco hay mucho qué visitar a la redonda.

SALIR A FLOTE

Se cree que a orillas de estas aguas alguna vez estuvieron las ciudades de Sodoma y Gomorra, que según el Antiguo Testamento fueron destruidas por Dios debido al comportamiento libertino de sus habitantes.

Comparado con el resto de Jordania, lo que encuentro al llegar a la playa del Mar Muerto evoca remotamente la sensualidad por la que fueron castigadas esas ciudades bíblicas: mujeres en bikini, coloridos cocteles y música electrónica que dejan ver la cara menos conservadora del país.

Junto con Petra, el Mar Muerto es de los sitios más concurridos por los turistas que vienen a Jordania. Aquí se respira cierta atmósfera occidental, auspiciada por las cadenas...

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