Forma de gobierno y presidencialismo. Cambios y perspectivas en américa latina.

AutorCarlos Manuel Villabella Armengol
Páginas200-218

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(1) Introito

El 2006 marca un momento importante para América Latina porque en él se cierra un período de elecciones que en dos años ha abarcado a 12 de los 17 países de la región: Honduras, Chile, Bolivia, Costa Rica, Perú, Colombia, México, Brasil, Nicaragua, Ecuador, Venezuela, Uruguay; lo cual es crucial para la reproducción del sistema político de las naciones implicadas y la continuidad democrática de la región.

Pero el suceso es además trascendente porque determinará si continua o no la tendencia al cambio que se viene esbozando en las estructuras de poder y se profundiza consiguientemente el reacomodo de las fuerzas políticas, a partir sobre todo del resurgir de la izquierda o la centro-izquierda como prefieren llamarla algunos y el advenimiento de nuevos actores a través de movimientos etnonacionalista.

Esta redistribución geográfica del poder por otra parte, influiría perspectivamente en la reconfiguración de los bloques subregionales y en el equilibrio de la región.

En este entorno, se vuelve recurrente hablar sobre cual serían los cambios que se deben de operar para el perfeccionamiento del estado y la consolidación de la democracia, y en el ambiente académico se sostiene por muchos la necesidad insoslayable de una reforma estructural profunda en el sistema político. Esto último tiene varias aristas de enfoque, pero una de ellas muy reiterada en el debate es el de las transformaciones que deben de producirse al interior de la forma de gobierno presidencial.

Así, unos defienden la necesidad de metamorfosis del presidencialismo hacia un sistema menos personalista, mientras otros sostienen la necesidad de más presidencialismo para, desde la hegemonía del poder, impulsar las transformaciones.

Sobre este aspecto versa este artículo, el que presenta un estudio comparado del presidencialismo en Latinoamérica y las mutaciones que en él se han producido, con el objetivo de aportar elementos al debate sobre el tema.

(2) Enfoques del concepto forma de gobierno

Estudiar el poder político y al estado que lo formaliza, tratar de establecer indicadores de medición del mismo, intentar implementar clasificacionesPage 201que posibiliten reducir sus elementos o rasgos, y pretender esquematizar comparaciones; es una tarea que tiene tantos matices como basamento conceptual, intereses políticos, perspectivas ideológicas, o enfoques históricos adopte quien los haga, haciendo por tanto la acción difícil y polémica.

A ello hay que agregar que esta materia es interpelada desde diversas disciplinas como la Teoría del Estado, el Derecho Constitucional, las Ciencias Políticas, o la Sociología Política, las que utilizan una metodología e instrumental teórico no homogéneo, y aunque cada una aborda aristas distintas del fenómeno político, esto incide sin dudas en hacer más confuso cualquier análisis.

A lo anterior hay que añadir que las mutaciones que han acaecido y la complejidad que ha adquirido la política contemporánea ha dejado en evidencia que existen ángulos y facetas de esta que escapan cada vez con mayor fuerza a la formalización institucional y la juridificación, contornando una zona gris no visible cuyos roles y papel en el desempeño político es sin embargo trascendental en muchas ocasiones. Al paralelo de esto, se hace evidente también el hecho de que en la actualidad algunos de los conceptos y categorías heredados de la literatura politológica y jurídica clásica se han vuelto obsoletos ante las transformaciones operadas en su objeto de estudio, perdiendo con ello sentido orientador desde el punto de vista académico y científico, lo que evidencia que es necesaria en cierta medida la reconstrucción del aparato conceptual existente y la elaboración de nuevos paradigmas teóricos.

De esta manera, en este diagrama que tiene por un flanco la evidencia de lo polémico y poco consensual que resulta abordar alguna arista del estado, y por el otro el reto de la necesidad de reinventar paradigmas y reinterpretar conceptos a fin de enfocar de mejor forma el material empírico relacionado con el poder político; se desarrolla este trabajo sobre la forma de gobierno, concepto básico para examinar y comprender el funcionamiento del estado contemporáneo y poder hacer disquisiciones comparadas.

En este sentido, una postura teórica de amplia aceptación en la doctrina es la que aborda la explicación de esta categoría al unísono del concepto forma de estado, presentándose como términos entre los que se produce una relación discursiva del todo con una de sus partes y en donde las formas de gobierno quedan enmarcadas en determinadas formas de estado.

Así, los estudiosos que se mueve en este supuesto exponen que la forma de estado es un concepto de mayor dimensión al expresar la manera de ser de laPage 202sociedad política como un todo, a partir de la específica articulación que tienen en ella los elementos de territorio, población y poder político; constituyendo así la expresión concreta a través de la cual se manifiesta un tipo histórico de estado:

“Utilizamos la expresión forma de estado para indicar, de la manera más amplia, las diversas relaciones que unen entre sí los diversos elementos constitucionales de carácter tradicional del mismo estado, sobre la base de concepciones específicas de carácter político-jurídico.” 1

“el estado es un término muy genérico que designa la totalidad de la comunidad política, a un conjunto de instituciones y de personas –gobernantes y gobernados- que forman una sociedad jurídicamente organizada sobre un espacio geográfico determinado; el vocablo gobierno en cambio, es mucho más restringido, comprende solamente la organización específica de los poderes constituidos al servicio del estado, mismos que son, principalmente, los órganos legislativos, ejecutivo y judicial.” 2 “ambas formas se implican e influyen recíprocamente, en principio, toda forma de gobierno se encuadra en una forma demás amplia que condiciona a la anterior, existe una concepción de fondo acogida por cada estado en cuanto a sus bases económicas, sociales y políticas y a las directrices que inspiran su acción, esta concepción de fondo da forma al estado e influye en concreto sobre la actuación de la forma de gobierno.” 3

En este plano no obstante, algunos autores introducen reflexiones que matizan la dimensión conceptual que se plantea. De esta forma se sostiene que el concepto forma de estado puede verse en latus census tal y como se ha descrito, pero el mismo tiene también un enfoque restringido en el cual se entiende por tal solo al conjunto de órganos de poder constitucionales que actúan en un determinado ordenamiento 4 , o los mecanismos a través de los cuales estos conforman la voluntad estatal. 5

En esta perspectiva y visto como concepto que describe una faceta de la forma de estado, la categoría forma de gobierno aflora entonces como el subsistema que expresa el diseño estructural y funcional que adopta el poder político público dentro de un sistema político, describiendo el conjunto de instituciones superiores que ejercen la soberanía y conforman el mecanismo estatal así como las interrelaciones que se establecen entre ellas. En esta idea, la forma de gobierno es el núcleo del estado expresado en la organización específica que adoptan los poderes constituidos:

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“con la expresión forma de gobierno se suele indicar la recíproca posición en que se encuentran los diversos órganos constitucionales del estado, tomando el vocablo gobierno no en el sentido lato que le es propio como elemento constitutivo del estado, sino en otro más estricto que significa el conjunto solo de las principales instituciones estatales.” 6

“la forma de gobierno tiene relación con la especial modalidad adoptada por los órganos directivos que formulan, expresan y realizan la voluntad del estado.” 7

“La forma de gobierno se examina generalmente como institución estataljurídica que determina las interrelaciones entre el jefe de estado, el Parlamento y el Gobierno.” 8

En esta línea de interpretación han existido también autores que introducen otras aristas y con ello colorean el enfoque señalado. Así se ha sostenido que el concepto forma de gobierno tal y como se ha expresado constituye una visión amplia del mismo, sin embargo en estrictus census esta categoría evoca únicamente al llamado poder ejecutivo y el orden de su formación y configuración; existiendo incluso un enfoque aún más restringido que lo asocia solo a la sección de órganos que dentro del ejecutivo se reconocen con ese nombre. 9

Bajo esta misma línea de pensamiento, un sector de la teoría decantó el concepto sistema de gobierno como noción que concretaba a la forma de gobierno, expresando el diagrama de flujo de los órganos superiores del poder, el funcionamiento de estos, y el movimiento e interrelación de los diferentes eslabones del poder supremo:

“el sistema de gobierno es el conjunto funcional de relaciones institucionales entre los órganos de administración y ejecución, es decir, de gobierno, y los demás órganos de poder del estado. Estamos haciendo referencia a la dinámica funcional del gobierno en sus relaciones de poder con el resto del aparato estatal.” 10

“el sistema de gobierno hace referencia a la organización funcional de los órganos del poder político dentro de una forma determinada de gobierno.. viene dado por la estructura institucional del mismo a través de la cual se aplica el método de dirección social del poder político..es el gobierno en movimiento.” 11

Una postura académica más actual y discrepante de las reseñadas, reinterpreta las categorías forma de estado y forma de gobierno y las presentaPage 204como subsistemas conceptuales que abordan el aspecto del poder político desde diferentes ópticas...

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