Presentación

AutorJesús Carlos Morales Guzman, Carlos Ramón Meza Martínez
CargoCoordinadores del Dossier
Páginas7-9
7
Presentación
Partimos de datos contundentes, actualmente el 55% de la población a nivel mundial habita en ciudades
y para el 2050 aumentará a un 13% (ONU, 2018). Esta tendencia, en América Latina, ha puesto en el
centro de la discusión académica, política, económica y socio-ambiental a las ciudades y, consideramos
que un ángulo de mira preferente es el análisis de las políticas públicas urbanas. Por ello, consideramos
necesario reexionar sobre la nueva “era urbana” que está modicando radicalmente la naturaleza y
dinámica de los contextos urbanos (y rurales), transformando el papel del estado, los gobiernos locales y de las
políticas urbanas, así como de los viejos y nuevos actores urbanos.
Y es que las grandes ciudades han ido concentrando a una mayor cantidad de población y centralizando
las principales actividades, recursos materiales nancieros y humanos que son necesarios para su propio desarrollo.
Si bien es cierto que han generado crecimiento económico y bienestar, esto no ha sido así para todos sus habitantes
ya que persisten fuertes desigualdades, pobreza, exclusión, así como serias afectaciones al medio ambiente, lo que
lleva a preguntarnos hasta qué punto dichos problemas se pueden atender a partir de las políticas urbanas.
En términos genéricos, las políticas urbanas son aquellas respuestas y/o soluciones a los problemas
sociales y urbanos que surgen y afectan a la ciudad. En este sentido, se trata de delimitar sus ámbitos a la luz de
los cambios recientes. Por lo tanto, su estudio y explicación se ha realizado desde diversas perspectivas teóricas
metodológicas. Cuáles son los enfoques más pertinentes, cuál es el ámbito técnico y de diseño, cómo se conciben
los problemas públicos y de implementación así como el ámbito de la participación, cuál es la inuencia y
estrategias de los actores, instancias gubernamentales y organizaciones sociales que determinan los problemas
sociourbanos. En esta línea, destacan dos niveles de observación: desde el Estado (y otros actores privados)
que determina mediante sus aparatos de gobierno la atención de ciertos problemas urbanos y relación con la
ciudadanía (y otros actores sociales) que participa transformando su hábitat y contribuye mediante sus acciones
a cuestionar las decisiones del Estado o a replantear los problemas socio-urbanos y proponiendo soluciones
alternativas centradas en la cohesión y solidaridad social.
Por lo anterior, consideramos que las políticas urbanas son el resultado de interacciones de
cooperación, negociación y conicto entre diversos actores (estatales, empresarios, inmobiliarias, actores
colectivos, tribunales, etc.). En este sentido, las políticas urbanas en el contexto “neoliberal” se han enfocado a
la competitividad de las ciudades, así como la búsqueda de su inserción en la globalización con el objetivo de
atraer inversiones nacionales e internacionales. En América Latina, la Ciudad de México (México), Sao Paulo
(México), Buenos Aires (Argentina) y Santiago (Chile) se han colocado como nodos internacionales a partir
de la implementación de este tipo de políticas. Se ha señalado que el Estado interventor-planicador con cierta
orientación a lo social ha dado paso a un Estado facilitador y promotor de políticas orientadas a los servicios
urbanos con la participación del capital privado local y global. Así, el Estado facilitador se encarga de “limpiar
el terreno” para que el capital y las multinacionales incidan en la mercantilización del espacio urbano y los
territorios. Ello se ha traducido en la modicación de las reglas constitucionales y códigos sobre el desarrollo
urbano tales como: la ley de desarrollo urbano, ley de construcción, ley de aguas y ley medioambiental,
programas de desarrollo económico, entre otras.
En efecto, las políticas urbanas neoliberales se orientan a la competitividad de las ciudades a partir de
diversos artefactos urbanos como los megaproyectos, políticas de regeneración, embellecimiento y privatización
del espacio público. Causando expropiaciones, desplazamiento de personas y afectaciones a los derechos de los
habitantes de las urbes, un aumento de las desigualdades urbanas y altos impactos al medio ambiente; aunque se
debe indagar sobre los modos especícos según cada contexto.
El uso de la ley por parte del Estado y los gobiernos locales así como las desarrolladoras inmobiliarias
ha permitido que la solución de los problemas públicos y urbanos se oriente según las reglas del mercado,
lo que ha traído consigo la negación del derecho a la ciudad, generando procesos de exclusión, segregación
social, gentricación, aumento de las desigualdades e insustentabilidad socio-ambiental. Consideramos que se
generan múltiples contradicciones ya que a los problemas públicos se les da una solución económica, y esto se
acentúa en las ciudades y está modicando el papel de los viejos y nuevos actores urbanos para la atención de
dichos problemas y se están construyendo nuevas lógicas de acción y resistencia a partir del sentido colectivo
y de lo común.
Por lo anterior, las siete contribuciones que integran el presente Dossier, Políticas urbanas: Viejos y nuevos
actores” de la Revista Mexicana de Análisis Político y Administración Pública (REMAP), son trabajos de reexión

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